Dos de las queridas nietas de la reina Isabel se unieron a la soberana en el tradicional servicio religioso de Domingo de Resurrección en Windsor. La princesa Eugenia y lady Louise completaron las tres generaciones de Windsor que se dieron cita ayer en la capilla de San George con la soberana, radiante en un vestido de seda y abrigo lila de crespón de Stewart Parvin con sombrero a tono de Philip Somerville y felicísima rodeada de los suyos.
Contribuían a la exultante felicidad de la soberana, que celebra este año el jubileo de diamante –60 años de reinado-, además del buen carácter de su esposo, el duque de Edimburgo, el incondicional apoyo familiar y, especialmente, de sus nietas la princesa Eugenia, que acudió con su padre, el duque de York, con un abrigo beige y un vestido negro a tono con un sombrero de plumas, y la pequeña lady Louise, acompañada de sus padres, los condes de Wessex, que ayudó a su abuela a llevar los ramos de flores con que le obsequiaban sus admiradores.
Allí esperaban encontrarse con la reina Jasmine y Savannah Willans, de siete y nueve años respectivamente, nietas de un Caballero Militar de Windsor. También dando flores a la soberana estaba Freedom Scott Tansley, de diez años, un habitual del acontecimiento de Pascua. “Cuando la reina Isabel reparó en mí, me dijo: ‘Ah, tú aquí de nuevo otra vez’… La he visto ya 12 veces”.