Esta semana la duquesa de Cambridge no ha parado ni un sólo instante. Hace unos días, la esposa del príncipe Guillermo no dudó en bajarse de los tacones y jugar un rato al hockey en su visita al equipo olímpico femenino en Stratford, demostrando que sigue recordando a la perfección lo que aprendió de pequeña cuando llegó a ser capitana del equipo de su colegio. Horas más tarde, y sin un ápice de cansancio, la esposa del príncipe Guillermo volvió a mostrar su imagen más elegante en su visita a la Galería de Pintura de Dulwich, donde estuvo acompañada por el príncipe Carlos y la duquesa de Cornualles, y dejó patente su destreza con la plancha y las manualidades.
Este sábado, la duquesa quiso poner el punto y final a su semana más ajetreada celebrando el Día de San Patricio con una tradicional entrega de tréboles a 40 miembros de la Guardia Irlandesa en Aldershot, en el condado de Hampshire (Inglaterra). Como siempre, la sonrisa volvió a ser su inseparable compañera de viaje y con su cercanía y simpatía encandiló no sólo a todos los oficiales sino a la mascota del primer batallón, un Wolfhound irlandés que respondía al nombre de Conmael. Además, los nervios, o quizá el agotamiento, jugaron una mala pasada a uno de los soldados más jóvenes, que se desmayó a los pocos minutos de que la duquesa llegara al cuartel de Aldershot.
"El año pasado estaba en Afganistán y el anterior Kenia, por lo que es muy emocionante estar en casa en este día tan especial", confesó el capitán Jenkins, de 25 años. "Ha sido fantástico. Nos sentimos muy afortunados y honrados de que la duquesa haya compartido con nosotros esta tradición. El trébol representa nuestra historia y nuestra herencia", añadió. Y es que Catherine enamora con su encanto allá por donde va y ésta no iba a ser una excepción. Haciendo un guiño al shamrock, el símbolo oficial de Irlanda, la esposa del príncipe Guillermo lució un vestido de color verde esmeralda de Emilia Wickstead que combinó con un tocado de color chocolate y zapatos de tacón a juego.
Además, aunque Catherine volvió a superar con nota un nuevo acto en solitario, no estaba sola ya que en su solapa llevaba prendado el broche con forma de trébol de oro con una pequeña esmeralda en el centro, una joya familiar e histórica que lució en numerosas ocasiones la Reina Madre.
Aunque es su primer acto militar en solitario, no es la primera vez que la duquesa 'se ve las caras' con el primer batallón de la Guardia Irlandesa, del que el príncipe Guillermo ostenta el cargo de oficial de Conorel desde principios de año pasado. En junio de 2011, Catherine acompañó a su marido en la entrega de las condecoraciones que reconocían la labor y el mérito de los soldados que acababan de regresar de Afganistán. "Siento un gran orgullo de poder participar en un acto de un regimiento que está tan cercano al corazón de mi marido", afirmó la duquesa en aquel momento.