El duque de Edimburgo se ha perdido las primeras citas navideñas en Sandringham. No ha podido celebrar allí Nochebuena ni Navidad por estar de reposo en el centro médico de Papworth en Cambridge (sureste de Inglaterra), especializado en enfermedades del corazón, donde fue ingresado el pasado viernes con dolores en el pecho e intervenido quirúrgicamente de una obstrucción de una arteria coronaria. Pero sus nietos mayores (los príncipes Guillermo y Harry, Peter y Zara Phillips y las princesas Beatriz y Eugenia de York) no han querido que pase solo tan señaladas fechas y fueron a visitarle ayer al hospital.
Los seis nietos se presentaron en la habitación del príncipe Felipe, que por primera vez en más de cincuenta años faltaba a las reuniones familiares, como respuesta a sus ruegos a los médicos que le atendieron: "Permítanme que regrese a casa". Si el duque no podía celebrar con los suyos las fiestas, los suyos llevarían la fiesta al duque. El coche en el que viajaba el príncipe Guillermo con los hijos de la princesa Ana, los hermanos Phillips, Peter y Zara, encabezó la delegación ponte bien, abuelo. Les seguían en un audi el príncipe Harry y sus primas las princesas Beatriz y Eugenia. Todos dieron ánimos a su abuelo y seguro que le contaron el debut, en su ausencia, de la duquesa de Cambridge en el servicio de Navidad de Sandringham. Pero eso es otra historia.