Catherine Middleton no sabía lo que iba a cambiar su vida cuando hizo público su compromiso con Guillermo de Inglaterra. De un momento a otro, aquella joven tímida y reservada que se enamoró de su príncipie azul dejó paso a una mujer que empezó a acaparar las portadas de los periódicos de todo el mundo y ya se ha convertido en un icono de estilo agotando en pocas horas los diseños y accesorios que lleva, como el vestido azul de Issa que lució en el anuncio de su compromiso matrimonial con el hijo mayor del príncipe Carlos. Había nacido la 'revolución Kate'. Sin embargo, como se suele decir "la fama cuesta" y si antes ya causaba sensación, tras pronunciar el 'sí, quiero' en la abadía de Westminster el pasado 29 de abril, no sólo se ha convertido en el centro de todas las miradas sino también en el objetivo de personas que podrían querer atentar contra su seguridad.
Antes sólo era Kate Middleton, pero ahora es la duquesa de Cambridge, esposa del príncipe Guillermo y miembro de la Familia Real inglesa. Cercana, risueña y siempre amable, ya pudimos comprobar durante su primer viaje a Canadá y Los Ángeles que Catherine enamora allá por donde va no sólo por su estilo sino por su carácter con el que ha conseguido ganarse el cariño de todo el mundo que ven en ella el reflejo de la siempre recordada Lady Di.
En cada una de sus apariciones públicas, Guillermo y Catherine se exponen a una gran multitud de personas que les muestran su cariño con aplausos y palabras de afecto aunque nunca se sabe si entre el público se encuentra alguien que podría intentar atacarles. Con el objetivo de mantener su seguridad y evitar posibles secuestros, un riesgo que parece haber aumentado conforme a su popularidad, Catherine ha recibido un curso de protección personal para aprender a defenderse, algo que ya hizo su esposo cuando tenía 16 años y, entre otras cosas, le enseñaron a disparar con una metralleta y cómo debía reaccionar si sufría una emboscada. "En Palacio no quieren que su nueva situación le haga más vulnerable a los ataques", aseguró una fuente cercana al diario The Sun.
El entrenamiento "muy duro tanto física como mentalmente" enseña habilidades básicas de supervivencia y pretende que la duquesa de Cambridge aprenda a reaccionar en situaciones inusuales, a darse cuenta de detalles que a simple vista pueden pasar desapercibidos, conducir bajo presión o comunicarse con las pesonas que velan por su seguridad mediante señas o mensajes codificados.
Catherine no es la primera que recibe este tipo de cursos ya que se trata de una rutina que ya han llevado a cabo otros miembros de la realeza, personalidades de renombre y autoridades que trabajan en países peligrosos. De hecho, según aseguran varios medios todo parece indicar que han tomado la decisión de que la duquesa de Cambridge reciba este tipo de formación para que sepa reaccionar ante este tipo de situaciones como ya hizo la princesa Ana, tía de Guillermo, en el año 1974 cuando consiguió salir ilesa de un intento de secuestro por parte de un hombre armado con problemas mentales que intentó que abandonara el coche en el que viajaba. "Yo le dije que no iba a salir del coche pero no sé cómo lo hice porque intenté no perder la calma porque sabía que si lo hacía podía dispararme", confesó la hija de la hija de la reina Isabel II.