El vestido, la tiara, el ramo... Los secretos mejor guardados de Zara Phillips para el día de su boda
La prima del príncipe Guillermo confió en Stewart Parvin, modisto de la Casa Real, para confeccionar el vestido y lució joyas con una larga historia en la familia
Los medios la anunciaban como ‘la otra’ gran boda real del año en Inglaterra pero Zara Phillips afirmó en su día que no quería ni una ceremonia multitudinaria ni un vestido de Alta Costura, como había ocurrido en el enlace de su primo, el príncipe Guillermo. Y así ha sido, la nieta de la reina de Inglaterra, ha vivido uno de los días más especiales de su vida tal y como ella y su ya marido, Mike Tindall, querían, con una ceremonia privada en la modesta iglesia de Canongate, en Edimburgo, a la que han asistido alrededor de 300 invitados y luciendo un vestido realizado por uno de los diseñadores de la Casa Real, Stewart Parvin, el más joven de los modistos reales y uno de los favoritos tanto de su madre, la princesa Ana, como de su abuela, la reina Isabel II.
El secreto mejor guardado
Envuelta de esa luz que acompaña a todas las novias, Zara Phillips llegó del brazo de su padre, el capitán Mark Phillips, luciendo un diseño ‘chic’ y moderno al mismo tiempo con mangas de casquillo de tul y realizado en seda de color marfil. Entre los detalles más llamativos del vestido, una fila de botones que adornaba la parte trasera, desde el cuerpo hasta la falda, que tenía una cola corta. A su llegada a la iglesia de Canongate, Zara lucía un voluminoso velo largo de tul que salía del recogido del pelo y caía por la parte trasera del vestido hasta el suelo. Para completar su 'look', la novia eligió unos zapatos de Jimmy Choo.
La tiara Griega y los pendientes: joyas con historia
Zara estaba deslumbrante con un recogido adornado con la tiara Griega, que tiene una historia muy especial. Se trata de una pieza de joyería que en su día perteneció a la princesa Alice, madre de Philip, duque de Edimburgo, y que ésta regaló a Isabel II como regalo de boda cuando se casó con su hijo. La monarca nunca la llevó en público y se la regaló a su hija Ana, madre de Zara, en 1972, quien sí la ha lucido la tiara en varias ocasiones. Este tesoro familiar tiene un gran diamante central, rodeado de más diamantes que forman una corona de hojas y circunferencias a lo largo de toda la pieza.
Los pendientes, unas 'lágrimas' realizadas con diamantes, también son de su madre. La princesa Ana los lució en la portada de la revista Vogue, en una sesión de fotos que protagonizó en noviembre de 1973, el mes de su boda con Mark Phillips, padre de Zara.
El ramo y el maquillaje: un toque de color
Un detalle que no puede faltar a ninguna novia es el ramo. Para este día tan especial, Zara eligió un bonito 'bouquet' de lirios muy en sintonía con el aire moderno y 'chic' de su vestido, y elaborado por Paul Thomas. El maquillaje, muy natural, que destacaba la belleza de los rasgos de la novia podría haber sido obra de la firma Bobby Brown.