La duquesa de Cambridge visita con la reina Isabel II una exposición sobre su boda

La pieza estrella de la colección es el vestido de novia creado por Sarah Burton con el que Catherine se convirtió en la futura princesa de Inglaterra

por hola.com

La reina Isabel II está a punto de comenzar sus vacaciones en su residencia escocesa de Balmoral y el palacio de Buckingham abrirá mañana sus puertas con una grata sorpresa para los visitantes. Con motivo de la tradicional exposición que recoge cada año los momentos más importantes de la vida de la Familia Real británica, el vestido de novia de la duquesa de Cambridge estará expuesto en un lugar privilegiado para que todos aquellos que lo vieron a través del televisor el pasado 29 de abril puedan contemplar los detalles de la creación de Sarah Burton.

La inauguración oficial ha sido esta tarde y ha contado con la presencia de la propia Catherine y la soberana inglesa. Juntas han recorrido las diversas salas del palacio y tanto la duquesa de Cambridge, muy elegante con un sencillo vestido color crema, como Isabel II, con un traje de estampado floral, escucharon muy atentas las explicaciones de Caroline de Guitaut, la comisaria de la exposición.


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El día de su boda, Catherine deslumbró a su llegada a la Abadía de Westminster con un precioso diseño de color marfil y blanco satinado con escote corazón y cuerpo de encaje francés de manga larga realizado a mano por la Real Escuela de Costura. La falda, con mucho vuelo y cola de tres metros de largo, lleva apliques de encaje y algunas flores de seda color marfil. El corpiño de satén, estrecho en la cintura y acolchado en las caderas, está basado en la tradición victoriana de corsetería y es un detalle que caracteriza a los diseños de Alexander McQueen. La parte trasera tiene un acabado en gazar y botones forrados de organza sujetada por lazos. La enagua es de tul de seda con adornos de encaje de Cluny y la cola mide 2,7 metros.


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La propia duquesa trabajó muy activamente en la elaboración del vestido más importante de su vida. Según explica Sarah Burton en un video de cinco minutos que podrán ver los visitantes, “queríamos crear algo muy hermoso y lo conseguimos gracias a la sutileza de ciertos detalles. Catherine no quería que el vestido pudiera jugarla una mala pasada de camino al altar”.

El vestido no se expone dentro de una vitrina por lo que las medidas de seguridad del palacio se han incrementado. Los más curiosos podrán admirar todos los detalles pero no podrán averiguar dos grandes secretos: las medidas exactas de la duquesa y el precio del diseño (aunque algunos medios británicos aseguran que costó 174.000 euros). Pero hay un dato que sí podrán descubrir si observan minuciosamente los zapatos realizados a mano por el equipo de Alexander McQueen para Catherine: su número de calzado es un 38 y medio. Según explica Caroline de Guitaut, “merece la pena ver los zapatos en todo su esplendor ya que el día de la boda apenas se lucieron”.


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Además del vestido y los zapatos, también se exponen el velo, las joyas y el ramo de novia de la duquesa de Cambridge. El velo está hecho de capas de tul suave, de seda color marfil con un recorte de flores bordadas a mano por la Real Escuela de Costura. La duquesa quería algo muy sencillo de aire romántico y Sarah Burton lo logró. Los pendientes de diamantes en forma de pera, un regalo personal de los Middleton, fueron creados expresamente por Robinson Pelma. La firma se inspiró en el escudo de armas de la familia de Catherine, que incluye bellotas y hojas de roble. La reina Isabel II quiso que la esposa de su nieto llevara una de sus joyas más especiales, la tiara Cartier que recibió de su madre por su 18º cumpleaños (en 1936 el duque de York, que más tarde recibió el título del rey Jorge VI, se la regaló a su esposa, la reina Madre, en 1936). Se trata de una tiara muy especial que ha pasado de generación en generación y por ello, se ha convertido, junto al vestido, en la pieza estrella de la exposición.


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En otra sala de Buckingham, se expone una réplica de la tarta nupcial decorada con las flores nacionales del Reino Unido -la rosa de Inglaterra, el cardo de Escocia, el narciso de Gales y el trébol de Irlanda- elaborada por la prestigiosa pastelera británica Fiona Cairns. Como manda la tradición, Guillermo y Catherine guardaron el piso superior del pastel para celebrar el nacimiento de su primogénito y partieron el tercer nivel para degustarlo con sus invitados.

La exposición, que ha vendido ya por adelantado más de 125.000 entradas, podrá verse hasta el próximo 3 de octubre. Para más información se puede consultar su web, www.royalcollection.org.uk.