La primera jornada de visita al Reino Unido del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su esposa, Michelle, contó con numerosos compromisos oficiales y se cerró con un banquete para recordar. El matrimonio Obama concluyó su primer día en Londres en el palacio de Buckingham, donde Isabel II ofreció una cena de Estado en su honor que contó con la presencia de 171 invitados.
La reina y su esposo, el duque de Edimburgo, les recibieron por todo lo alto, desplegando todos sus fastos y protocolo. A la cena, muy especial por ser la tercera con la que la soberana británica agasaja a un presidente estadounidense, no faltaron el príncipe Carlos con su esposa, la duquesa de Cornualles, con los que los Obama se habían reunido horas antes.
Entre los invitados, personalidades como Hillary Clinton, el alcalde de Londres Boris Johnson, los príncipes Michael de Kent, el ex primer ministo Gordon Brown y estrellas de Hollywood como Kevin Spacey, Tom Hanks y Rita Wilson, o el director Tim Burton con su esposa, la actriz Helena Bonham Carter (que ha interpretado a la madre de Isabel II en la película El discurso del rey), así como el empresario Richard Branson o la actriz Kristin Chenoweth. Todos ellos, dispuestos en una mesa en forma de gran “U”, degustaron lenguado con salsa de cangrejos, el nuevo cordero Windsor y vinos finos.
Para su puesta de largo en su primera noche en palacio (se da la casualidad de que, durante su estancia de dos noches en Buckingham, los Obama ocupan la suite en la que los duques de Cambridge pasaron su noche de bodas el pasado 29 de abril), Michelle Obama eligió un vestido blanco de Tom Ford, se cubrió las manos con unos guantes y lució un elegante recogido en el pelo. Un ‘look’ que complementó al de la reina, que llevaba un vestido blanco de noche de Stewart Parvin adornado con cristales de Swarovski.
Según fuentes de la Casa Real, la reina y los Obama mantienen una cálida relación personal, y ello se hizo evidente anoche con las sonrisas que se intercambiaron y lo relajados que se mostraron en su mutua compañía.
La reina Isabel abrió el banquete citando los “agradables recuerdos” que conserva de su primer encuentro con Barack y Michelle, que se produjo durante la cumbre del G20 en Londres y que dejó para la historia una imagen poco habitual, la de Michelle y la reina agarradas de la cintura cuando posaban para la foto oficial. Unidas por su afición a la vida en el campo, la jardinería y la moda, la reina y la primera dama estadounidense se han mantenido en contacto frecuente desde entonces y Michelle volvió a visitar Londres a finales de 2009 durante un viaje privado.
Una de las anécdotas de la velada la protagonizó la orquesta, que comenzó a interpretar el Dios salve a la reina cuando Obama aún no había terminado de pronunciar su discurso. El mandatario estadounidense correspondió a la soberana con un brindis en el que alabó la “especial relación” que mantienen ambos países y rindió tributo al “extraordinario servicio de la reina a su nación y al mundo a lo largo de su vida” y le transmitió unos “calurosos saludos” de sus hijas, Malia y Sasha: “Ellas la adoran incluso desde antes de que les permitiera recorrer en uno de sus carruajes los terrenos de palacio”, expresó Obama, arrancando con ello una sonrisa de la reina y una pequeña risa del duque de Edimburgo.
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