Los duques de Cambridge regresan de su luna de miel en las Seychelles y comienzan su nueva vida en la pequeña isla de Anglesey
Según ha informado un portavoz del Palacio de Saint James, los recién casados están agradecidos al gobierno de este paraíso natural “por su ayuda a la hora de hacer que su luna de miel fueran diez días tan especiales y memorables”
El pasado 10 de mayo, los duques de Cambridge iniciaron su luna de miel. Hoy, diez días después, Guillermo y Catherine han regresado a casa para comenzar su nueva vida en común. Como ya publicamos, y ahora confirma un portavoz del Palacio de Saint James, los recién casados viajaron tras su boda a las islas Seychelles: “Los duques de Cambridge están agradecidos al Gobierno de Seychelles por su ayuda a la hora de hacer que su luna de miel fueran diez días tan especiales y memorables”.
El destino de miel de la pareja fue uno de los grandes secretos, además del diseñador del vestido de novia de Catherine, relacionados con el enlace real. Desde Clarence House únicamente confirmaron que los duques de Cambridge se habían ido y que habían pedido que se respetara su intimidad.
En ese momento, los medios de comunicación barajaron numerosas opciones pero las últimas compras de Catherine como soltera (cuatro biquinis y unas gafas de sol) revelaron que su primer viaje como marido y mujer iba a ser a un lugar caluroso y con playa. Además, este paraíso natural tiene un enorme significado para la pareja. Tras su ruptura en 2007, Guillermo y Catherine disfrutaron en la remota isla Desroches, ubicada a 230 kilómetros al suroeste de Mahé, la principal isla de Seychelles, de unas románticas vacaciones.
Después de estos días de ensueño, Guillermo y Catherine iniciarán su vida de recién casados en la isla de Anglesey, ubicada en el norte de Gales y que se encuentra muy cerca de la RAF Valley, la base aérea donde el heredero del Heredero está destinado como piloto de helicóptero de búsqueda y rescate. En esta pequeña ciudad, los duques de Cambridge gozarán al máximo de su privacidad, un deseo que el príncipe Guillermo pidió días antes de su boda a la reina Isabel II. Según reveló el diario The Sunday Times, Guillermo habló con su abuela para solicitarla dos años de tranquilidad con el fin de evitar que Catherine tuviera que pasar por las presiones que sufrió su madre, Diana de Gales, tras su boda con el príncipe Carlos y así consolidar su matrimonio antes de entrar en la función pública.
Pese a ese deseo, los duques de Cambridge son conscientes de sus obligaciones como futuros soberanos y en julio emprenderán un tour por Canadá y visitarán, el 8 y el 10 del mismo mes, California. En septiembre, aunque el Palacio de Saint James no lo ha confirmado, Guillermo también tendrá que cumplir con sus compromisos laborales. Al parecer, la RAF Valley le ha destinado a las islas Malvinas durante cuatro meses, una noticia que suponemos no habrá sido del agrado de los recién casados.
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El destino de miel de la pareja fue uno de los grandes secretos, además del diseñador del vestido de novia de Catherine, relacionados con el enlace real. Desde Clarence House únicamente confirmaron que los duques de Cambridge se habían ido y que habían pedido que se respetara su intimidad.
En ese momento, los medios de comunicación barajaron numerosas opciones pero las últimas compras de Catherine como soltera (cuatro biquinis y unas gafas de sol) revelaron que su primer viaje como marido y mujer iba a ser a un lugar caluroso y con playa. Además, este paraíso natural tiene un enorme significado para la pareja. Tras su ruptura en 2007, Guillermo y Catherine disfrutaron en la remota isla Desroches, ubicada a 230 kilómetros al suroeste de Mahé, la principal isla de Seychelles, de unas románticas vacaciones.
Después de estos días de ensueño, Guillermo y Catherine iniciarán su vida de recién casados en la isla de Anglesey, ubicada en el norte de Gales y que se encuentra muy cerca de la RAF Valley, la base aérea donde el heredero del Heredero está destinado como piloto de helicóptero de búsqueda y rescate. En esta pequeña ciudad, los duques de Cambridge gozarán al máximo de su privacidad, un deseo que el príncipe Guillermo pidió días antes de su boda a la reina Isabel II. Según reveló el diario The Sunday Times, Guillermo habló con su abuela para solicitarla dos años de tranquilidad con el fin de evitar que Catherine tuviera que pasar por las presiones que sufrió su madre, Diana de Gales, tras su boda con el príncipe Carlos y así consolidar su matrimonio antes de entrar en la función pública.
Pese a ese deseo, los duques de Cambridge son conscientes de sus obligaciones como futuros soberanos y en julio emprenderán un tour por Canadá y visitarán, el 8 y el 10 del mismo mes, California. En septiembre, aunque el Palacio de Saint James no lo ha confirmado, Guillermo también tendrá que cumplir con sus compromisos laborales. Al parecer, la RAF Valley le ha destinado a las islas Malvinas durante cuatro meses, una noticia que suponemos no habrá sido del agrado de los recién casados.