El príncipe Harry se entregó en Nueva York. Se lanzó durante su visita a Estados Unidos a varias causas humanitarias, y lo dio todo sin importarle ni el cansancio ni las caídas. Protagonizó precisamente un majestuoso batacazo durante un torneo de polo solidario para recaudar fondos para las víctimas de sida de los países más desfavorecidos de África. El hijo menor del príncipe Carlos tuvo un traspiés con su caballo por el que terminó literalmente rodando por el suelo. A las primeras reacciones de preocupación, siguieron las risas de alivio del público por el buen estado del Príncipe, que se levantó inmediatamente del suelo para continuar con el partido, eso sí, con una sonrisa en su rostro que quitó importancia a su aparatosa caída.
No quisieron perderse la cita con la realeza y el polo celebridades como Susan Sarandon, Nacho Figueras, Julianna Margulies y Val Kilmer. El príncipe Harry no defraudó. Ni humanitaria ni deportivamente. Peleó cada tanto como si le fuera la vida (o las vidas de tantas personas necesitadas) en ello y finalmente, pese al resbalón real, el marcador del tercer torneo Veuve Clucquot Polo Classic quedó 5-5. También sudó la camiseta en su siguiente acto benéfico en Nueva York. Aprovechando su estancia en la ciudad de los rascacielos, el Príncipe participó en una carrera solidaria en Central Park. Corrió entonces al lado de los valientes miembros de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y empujó la silla de ruedas de uno de esos héroes de guerra como uno más. También su prima la princesa Beatriz y su novio, Dave Clark, se desplazaron a Estados Unidos para arropar al Príncipe en sus mil y una causas humanitarias.
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