Han heredado de su madre, Diana de Gales, el respeto a los demás y un gran deseo de utilizar su nombre y posición para ayudar a los más desfavorecidos. Por eso en cuanto tienen una oportunidad, los príncipes Guillermo y Harry de Inglaterra cogen la bandera de la solidaridad y entregan su tiempo por una buena causa. Su estancia en el continente africano tiene varias paradas: Guillermo ha estado en Bostwana donde, haciendo suyo el espíritu del Mundial, ha participado en el evento de una organización que lucha por la conservación del medio ambiente; los hermanos han viajado además a Lesoto, un lugar con mucho significado sobre todo para Harry, ya que es allí donde su organización Sentebale (creada en el 2006) desarrolla su labor de ayuda a los huérfanos.
Como hace siempre que sus compromisos oficiales le dejan un hueco, el hijo menor del príncipe Carlos visitó una de las escuelas de la zona acompañado de su hermano. Recorrieron los alrededores a caballo, fueron espectadores de una obra representada por los niños y recibieron de regalo, como no podía ser menos, unas camisetas de fútbol, deporte que ha invadido todo el continente. Las muestras de cariño y cercanía por parte de los Príncipes fueron infinitas: Harry cogió a uno de los pequeños en brazos y no le soltó en toda la visita y Guillermo tampoco dejó de hacer carantoñas a los más "curiosos" que se acercaban para saludarle.
La implicación de Harry con la infancia más desfavorecida se refleja en sus tres organizaciones benéficas creadas con tal fin, Dolen Cymru, MapAction y WellChild, a las que se suma la antes mencionada. "Creo que tengo mucho de mi madre y pienso que ella hubiera querido que hagamos esto", dijo Enrique en una ocasión, refiriéndose a su hermano y a él.
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