En los últimos meses, son pocas las apariciones públicas del príncipe Harry de Inglaterra junto a su novia, Chelsy Davy. Los dos llevan su relación adelante y apartados de los focos, además de estar centrados en sus respectivas carreras, pero la graduación del Príncipe como piloto de las Fuerzas Aéreas Reales británicas (RAF) era una cita ineludible.
Sonrientes, cómplices y muy felices, Harry y Chelsy pasearon su amor durante la ceremonia de graduación que tuvo lugar en la academia militar de Hampshire. Con un vestido blanco, chaqueta del mismo color y unos altos zapatos de tacón estuvo paseando y hablando con el príncipe Carlos de Inglaterra y la Duquesa de Cornualles, que aunque continúa en silla de ruedas por tener la pierna escayolada después de caerse dando un paseo por unas colinas cercanas a su casa de Escocia, no quiso perderse la ceremonia y se puso de pie durante el acto ayudada por una muleta. La joven sudafricana está muy integrada en la Familia Real y parece que tras retomar su noviazgo con el Príncipe, su relación va muy en serio.
El príncipe Harry y su padre demostraron su gran complicidad durante la graduación. Antes de la ceremonia, el hijo de la Reina de Inglaterra pasó revista a las tropas y su hijo, saltándose el protocolo militar, quiso darle la mano, pero el príncipe Carlos, con un movimiento de cabeza le corrigió, después de decirle lo elegante que estaba. Cuando le tocó subir al estrado sí que hizo el saludo militar a su padre, aunque ninguno de los dos pudo ocultar una divertida sonrisa cuando le impuso sus alas de piloto. Después tuvo que volver a subir, ya que también le otorgaron las el trofeo Peter Adams, por su habilidad táctica, y en ese momento, Chelsy no pudo reprimir su emoción y emitió un pequeño grito.
Ahora Harry ya es apto para ser piloto de helicópteros Apache de combate y después, podrá volver al frente en Afganistán, como hizo en 2008. El próximo mes de julio comenzará prácticas de vuelo, que durarán ocho meses, en la escuela Middle Wallop.