Son dos de los miembros más jóvenes de la Casa Real Inglesa pero también de los que más simpatizan con el pueblo. Los príncipes Guillermo y Harry han visto en los últimos meses cómo sus agendas están más llenas de actos oficiales que nunca.
Han comenzado a 'volar solos' como miembros de la Familia Real y han superado con nota sus primeras visitas oficiales al extranjero. Hace poco podíamos ver a Guillermo de Inglaterra desenvolviéndose a la perfección en Nueva Zelanda y Autralia y lo propio hacía su hermanos menor en Barbados.
Ya de regreso, los nietos de Isabel II han seguido cumpliendo con sus obligaciones en su propio país. Esta vez la cita era en el estadio Twickhenham de Londres, donde presidieron el Campeonato de Rugby de las Seis Naciones, en el que se enfrentaron los equipos de Inglaterra y Gales. Pero antes de que comenzara el encuentro los Príncipes saludaron y se interesaron por el estado de algunos militares heridos y mutilados en acto de servicio en Irak y Afganistán.
Una vez más, los hijos de Diana de Gales estuvieron junto a los que más sufren y demostraron que han heredado el encanto y la empatía que hizo a su madre tan querida entre el pueblo inglés. A menudo no dudan en mostrar su faceta más solidaria, ya sea entre niños, enfermos, jóvenes en situación de exclusión o personas azotadas por la pobreza más extrema. Por ejemplo, el príncipe Harry asistió a una fiesta en el Caribe cuyos beneficios iban destinados a niños necesitados de Lesoto, donde tiene su propia fundación. También ejerció de anfitrión en una cena, en la que se obtuvieron fondos para cooperar en la recuperación de Haití.
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