Las hijas de los Duques de York no pueden negar que pertenecen a la Familia Real inglesa. Pero esto no es sólo por su apellido y su entorno. Su propia fisonomía delata que han heredado una fuerte carga genética de sus antepasados. La princesa Beatriz tiene muchos rasgos de la reina Victoria de Inglaterra en su juventud. Fue soberana del imperio británico desde 1837 hasta 1901 y es la tatarabuela de Isabel II.
A sus 21 años, parece que la hija mayor de Sarah Ferguson ha herededado su frondosa cabellera y la forma redondeada de su rostro. Aunque también sus ojos y la forma de sus cejas evocan la belleza de quien detentó el reinado más largo de la historia de Gran Bretaña. Además, y según recogen algunos medios ingleses, es la propia ex mujer del príncipe Andrés quien le insiste en que se fije mejor en este parecido más que razonable, hecho que satisface a Beatriz, que está intentando conocer mejor la historia de su antepasada.
Aunque ella no es la única que recuerda físicamente a sus ancestros. Su hermana, la princesa Eugenia, de 19 años, también tiene rasgos de una de las damas más ilustres de la dinastía Windsor: su bisabuela, la reina Elizabeth, más conocida por ser la madre de Isabel II, actual soberana. Ella fue esposa del monarca Jorge VI, quien reinó desde 1937 a 1953. Desde ese momento pasaría a ser llamada Reina Madre y contó con el cariño de los británicos hasta el momento de su muerte, con 101 años, en 2002. Así, la hija menor del príncipe Andrés puede presumir de tener la misma nariz y boca que ella.