Generalmente es el príncipe Guillermo el rey de cualquier acto público, pero en esta ocasión Kate Middleton y su familia pasaron al primer plano. Todas las miradas se desviaron este fin de semana hacia la joven, que ejerció de anfitriona de una subasta benéfica a la que también asistió el nieto de la Reina. Aunque el príncipe Guillermo se encontraba a su lado, fue ella la que reinó con su elegante vestido de noche gris. Fue Kate la que hizo girar cabezas en la Galería de Saatchi de Londres recaudando dinero para una de sus causas sociales predilectas, la fundación infantil Starlgiht, fundada por la actriz de Dinastía Emma Samms.
La noche se convirtió en un acontecimiento familiar. Además del Príncipe, la joven estuvo arropada por sus padres, Michael y Carole, y por su hermana pequeña, Pipa, de 25 años, que también arrancó suspiros y piropos con su vestido a rayas blanquinegro, en esta cena de etiqueta de 110 euros el cubierto. Como ayuda a la causa, el matrimonio Middleton, dueños de la empresa Party pieces, dedicada a la venta por catálogo de artículos para fiestas, especialmente infantiles, donó una fiesta para 20 jóvenes como uno de los premios.
No es la primera vez que Kate ha mostrado su apoyo a causas sociales a favor de los niños. Ya ha recaudado cientos de miles de euros para obras sociales. Organizó, por ejemplo, en junio del año pasado en el hotel Royal Lancaster de Londres The Boodles Boxing Ball –un combate de boxeo con numerosa presencia de la alta sociedad británica- al que no faltaron el príncipe Guillermo, el príncipe Harry y su entonces novia, Chelsy Davy. Esa noche, que convocó alrededor de 800 invitados, recaudó más de cien mil euros.
Después de la subasta, el príncipe Guillermo y los Middleton se unieron al príncipe Harry en uno de los locales preferidos de los hermanos, Raffles Club en Chelsea. Los Príncipes permanecieron hasta las 3 de la madrugada, mientras que la familia de Kate abandonó la fiesta un rato antes.