El príncipe Harry ha iniciado esta semana su primer viaje oficial al extranjero. Su destino ha sido Nueva York, donde le esperaban un sinfín de actos oficiales. Durante el sábado, su segunda jornada en la Gran Manzana, la primera parada fue en un colegio infantil del barrio de Harlem. Allí pudimos ver la faceta más tierna del Príncipe. Jugó con los pequeños y ha estado contemplando a algunos de ellos mientras pintaban.
Al terminar su visita, se dirigió hacia Grovernors Island donde tomó parte en el Clásico de Polo Veuve Clicquot de Manhattan, un partido benéfico cuyos fondos recaudados fueron destinados a los huérfanos enfermos de sida. El príncipe Harry reconoció que este evento era para él muy “conmovedor”, según informan hoy diversos medios.
Ataviado con el traje reglamentario, el Príncipe demostró sus habilidades en este deporte –y se enfrentó a uno de los polistas más destacados, el argentino Ignacio Figueras- ante la atenta mirada de numerosos rostros conocidos. No quisieron perderse la cita Madonna, que asistió en compañía de su hijo David Banda, y Jesús Luz. Ambos no se dejaron fotografiar juntos. En las gradas destacó también la presencia de las actrices Kate Hudson y Chloe Sevigny y del diseñador Marc Jacobs.
Un emotiva nota
El hijo menor de Carlos de Inglaterra llegaba a Nueva York el pasado viernes y, pocas horas después de aterrizar, se trasladó hasta la zona del bajo Manhattan para visitar el World Trade Center, el distrito financiero. Allí, tuvo la oportunidad de rendir homenaje a las víctimas de los ataques del 11-S. Le acompañaba David Paterson, gobernador de la ciudad. Además de realizar una ofrenda floral, el Príncipe pudo reunirse con algunos familiares de las víctimas de la terrible tragedia, así como con algunos bomberos locales y conversar con ellos.
Envuelto en absoluto silencio, Harry colocó una corona de flores en la valla del recinto, que acompañó con una tarjeta en la que se podía leer el siguiente mensaje en inglés: “Con todo mi respeto, en memoria de aquellos que perdieron su vida el 11 septiembre de 2001 y toda mi admiración por el coraje demostrado por la gente de esta gran ciudad aquel día. Harry”. Tras quedar sujeta, se retiró y guardó unos momentos de silencio.
La mañana del viernes estuvo repleta de homenajes. El Príncipe fue el encargado de inaugurar el Jardín Botánico de Manhattan y plantó un magnolio en señal de recuerdo de los 67 británicos que perecieron en los atentados de septiembre de 2001. Su próxima parada fue un hospital de ex combatientes, donde pudo visitar sus instalaciones y charlar con algunos de los enfermos.