La suya es una relación poco común que se ha ido abriendo paso entre viento y marea. Cuando todo parecía estar predestinado a ser diferente, el [príncipe Guillermo] sorprendió a todo el mundo tendiéndole una mano a la que entonces era considerada la malvada del cuento, y que más tarde se convertiría en esposa de su padre y, por tanto, en su madrastra.
En los momentos en que todos le daban la espalda, el primogénito del heredero al trono británico no dudó en acercarse a la pareja de su padre, entendiendo que, después de tanto tiempo, era la mejor opción si lo que deseaba era formar una familia. A pesar de todo lo que su madre había sufrido por su matrimonio, el Príncipe dejó claro con su comportamiento que deseaba darle una oportunidad al romance que su padre mantenía con [Camilla] desde hace tantos años. Al fin y al cabo, todos eran víctimas de un destino y de una manera de vivir.
Guillermo y Camilla establecieron un contacto más estrecho gracias al buen hacer del primogénito del heredero británico, que fue el primero en reunirse con ella y en apoyar la relación que ésta mantenía con su padre, el príncipe Carlos. Fue en momentos clave, en momentos muy duros para su futura madrastra, cuando Guillermo decidió mostrarle su apoyo respaldando, primero en privado, y después públicamente, su presencia en la Familia Real. De esta forma, no se ocultó que ambos compartieron fines de semana en Balmoral, ni tampoco que Camilla asistió como invitada personal de Guillermo a sus fiestas de cumpleaños. La buena relación que les une quedó aún más patente con la asistencia de Guillermo a la boda de su padre con Camilla el pasado mes de abril y la de ésta en la graduación del Príncipe como profesor de Geografía ya como esposa del príncipe Carlos.
Siete meses más tarde, ahora que Camilla se encuentra más segura de sí misma en su reciente papel como esposa del heredero británico, no duda en devolver a Guillermo todo el amor que éste ha mostrado tener hacia ella desde hace tiempo. No se trata de algo ensayado o preparado. Es evidente que hay un sentimiento. Probablemente hayan existido otras miradas como ésta en privado, pero sin duda esta es la primera vez que la Duquesa de Cornualles deja ver lo que siente por el primogénito de su esposo. Después de todo, Camilla y Guillermo se conocen desde que éste era niño, y como dice el refrán, el roce hace el cariño.