Hechas de oro con finas bandas de grabado y un broche con la rosa Tudor fueron un regalo de la Comonvwelath a su Majestad la reina Isabel II con motivo de su coronación en 1953. Representan la sinceridad y la sabiduría y aunque se habían fabricado para la coronación de Carlos II nunca habían sido usadas.
Símbolos de caballerosidad, realizados para Carlos II en 1661. Las espuelas ya no son utilizadas, pero se presentan igualmente, de forma simbólica, en la Ceremonia de la Coronación. Son espuelas de pinchar hechas de oro (estilo de siglo XIII) y se sujetan con correas de terciopelo adornadas con hilo de oro.
Fue diseñado para la coronación de Guillermo IV en 1831. En el centro tiene un enorme zafiro con cinco rubíes que representan la cruz de San Jorge (rodeada por grandes diamantes). A excepción de la reina Victoria (sus dedos eran demasiado finos) ha sido llevado por todos los soberanos desde entonces. Representa la dignidad regia y se usa siempre en la mano derecha. El anillo de la reina Victoria le fue entregado por su madre, la duquesa de Kent, quien pidió que se grabara en la parte interior la siguiente frase: "Anillo de la coronación de la reina Victoria, 1838".
Un anillo que ha pasado a la historia no sólo por la importancia del hecho histórico sino, también, porque, al parecer se equivocaron de medidas y el arzobispo de Canterbury tuvo que hacer un gran esfuerzo para conseguir introducir el anillo en el dedo de la Reina. La Soberana haría referencia a este episodio en su diario calificándolo de "muy doloroso".
El tercer anillo fue realizado para la reina consorte Adelaide en 1831. Una pieza en la que fue engarzado un precioso rubí rodeado de diamantes.