El centro comercial La Gran Manzana de Alcobendas inauguró el pasado jueves 8 de mayo una exposición monográfica sobre las Joyas de la Corona Británica que, tras su pas
o por más de 85 países, llega a España en el 50 aniversario de la coronación de Isabel II.
Estas réplicas de las auténticas piezas se hallan asociadas con la coronación del soberano y datan en su mayoría de la restauración de la monarquía de 1660, cuando el rey Carlos II subió al trono. La importancia de los objetos está relacionada con el papel que representan en la coronación. La ceremonia donde el Soberano se somete a la más regia tradición empuñando el orbe y el cetro, de forma simbólica. No podemos olvidar que Inglaterra es, en estos momentos, el único país Europeo en el que los Soberanos son coronados. Una ceremonia a la que se someterá el príncipe Carlos, o su hijo, el príncipe Guillermo en el futuro como si los siglos no hubieran transcurrido.
Las joyas de la Corona de Inglaterra son una muestra de valor incalculable. Constituyen un auténtico tesoro real y, aunque se trate de una réplica exacta de las verdaderas, podría decirse que rara vez abandonan la casa de la joya (inaugurada por la Reina en 1994), en la Torre de Londres. Por ello merece la pena ver esta singular y pionera muestra de carácter gratuito (organizada por Quantum comunicación) que se prolongará hasta el próximo 17 de mayo en horario de 10 a 22 horas de lunes a sábado. Una exposición en la que se pueden contemplar las réplicas exactas de las Joyas de la Corona Británica -recientemente utilizadas en la película Johnny English-, una selección de trajes usados por los Windsor a lo largo de su reinado, algunas fotografías históricas de la Familia Real y muchos objetos relacionados con los banquetes que se celebraban a continuación de la gran Ceremonia de la Coronación.
De todas ellas, destaca por su belleza y majestuosidad la Corona Imperial (Imperial State Crown), que es la empleada por la reina Isabel II en ceremonias oficiales y que contiene el diamante Estrella de África y otras tantas piedras preciosas y perlas engarzadas.
Otra de las piezas más llamativas de la muestra es la Corona de San Eduardo (St. Edwards Crown) utilizada exclusivamente en los actos de coronación de cada monarca Británico. Está fabricada en oro y materiales preciosos y semi-preciosos y pesa, alrededor de dos kilos y medio.