Tristemente sobrelleva el invierno, esperando ansioso un comprador, uno de los yates más famosos del mundo: el Jonikal o, lo que es lo mismo, el barco en el que la princesa Diana y Dodi Al Fayed pasaran sus últimos días.
Con un precio superior a los 34 millones de euros, la famosa embarcación se anuncia en venta en una prestigiosa revista internacional sobre el mundo del yate. Y, al apreciarlo de nuevo, uno cae en la cuenta que jamás podrá desvincularse de su historia. Sus líneas elegantes y su magnificencia rescatan inevitablemente de la memoria a los fantasmas del pasado y a aquel verano crucial de 1997.
Aún hoy las fotografías del interior del yate nos recuerdan lo trágica y conmovedora que ha resultado su historia de amor. El navío, propiedad de Mohammed Al Fayed, fue adquirido expresamente para realizar el crucero estival con Diana de Gales, inmediatamente después de que la Princesa aceptara la invitación de su hijo Dodi de pasar las vacaciones con su familia en St. Tropez. Él le había hecho tal ofrecimiento algunos años antes, pero no fue hasta el verano de 1997 cuando Diana, que temía pasar sola el primer aniversario de divorciada, accedió a su proposición.
De forma que, el pasado 11 de julio de 1997, un helicóptero de Harrods recogía a la Princesa y a sus dos hijos del Palacio Kensington y volaba rumbo a la mansión Surrey de Fayed para almorzar, antes de embarcar a bordo de su avión privado con dirección a Niza. Allí, esperándoles en el pequeño puerto de S. Laurent-du-Var Laurent cerca de Niza, se encontraba el nuevo y fabuloso barco de Fayed. Diana tenía experiencias anteriores a este crucero como el Britannia, en el que la princesa Diana y el príncipe Carlos pasaron su luna de miel. El Jonikal, sin embargo, era completamente distinto a todo lo que había vivido.
El barco tenía una tripulación de 16 personas, una suite principal con una cama enorme y estaba realmente bien equipado para todo tipo de deportes de agua. Y, además, garantizaba el aislamiento extremo. Con tales condiciones, los miembros reales no dudaron en disfrutar al máximo de su viaje y surcaron emocionados las aguas de la costa Azul. Aquel crucero y aquel yate se convirtieron, pues, en un sueño hecho realidad. La princesa Diana fue tan feliz que los últimos días de su vida se convirtieron en los primeros...
Tras aquel fatídico verano, hace seis años, a ningún extraño a la familia Fayed le ha sido permitido su alojamiento en el barco. En la actualidad, el Jonikal, que ha sido completamente restaurado y rebautizado como Sokar -Azúcar en árabe-, se encuentra a la espera de que, de nuevo, dos enamorados surquen a bordo el océano de sus sentimientos, tal y como hicieran la princesa Diana y Dodi Al Fayed.