Sólo los miembros más cercanos a la Familia Real inglesa estuvieron presentes en el entierro de la Reina Madre, que tuvo lugar en la capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor. En el mismo Panteón real, donde diez monarcas, entre ellos su marido, el rey Jorge VI, descansan para siempre.
Bajo una losa de mármol negro
La losa de mármol negro que cubría la tumba de su esposo, quien murió hace 50 años, fue retirada para introducir el féretro de la Reina Madre, así como las cenizas de su hija la princesa Margarita, que falleció a los 71 años el pasado 9 de febrero. La inscripción que, hasta ahora, aparecía en la lápida, George VI, ha sido rectificada y, desde ahora, puede leerse lo siguiente: George VI (1895-1952)-Elizabeth (1900-2002).
La capilla donde descansan los Reyes
La capilla, que empezó a ser construida en 1475, durante el reinado de Eduardo IV, y fue concluida 53 años después, en 1528, con Enrique VIII, alberga los restos mortales de los monarcas Enrique VI (1422-1461), Eduardo IV (1461-1483), Enrique VIII (1509-1547), Carlos I (1625-1649), Jorge III (1760-1820) Guillermo IV (1830-1837), Eduardo VII (1901-1910) y su esposa, la reina Alexandra, y George V (1910-1936) con su mujer, la reina Mary.
Arreglos florales de la Familia Real
Desde hoy, miércoles 10, hasta el próximo 19 de abril, entre las 10:00 y las 16:00 horas, aquellas personas que deseen pagar tributo a la Reina Madre pueden visitar la capilla de San Jorge, excepto los domingos, que el horario de visitas se reduce a 3 horas, de 13:00 a 16:00. Así como ver los preciosos arreglos florales que han sido preparados por los miembros de la Familia Real inglesa con las flores preferidas de la Reina Madre.
Una monarquía más popular
Las celebraciones con motivo del jubileo de la reina Isabel II, previstas para el próximo mes de junio, destilarán un aroma triste y nostálgico por la ausencia de la Reina Madre y la princesa Margarita. No obstante, la Monarquía británica ha recibido una inyección de popularidad, tras las abrumadoras muestras de solidaridad que ha recibido por la muerte de la Reina Madre. Afecto que la soberana ha agradecido ante las cámaras de televisión con palabras emotivas como: "Gracias por vuestro consuelo y vuestro amor. Me he sentido realmente reconfortada".