Las lágrimas de Máxima de Holanda en Eindhoven
Los soberanos holandeses recibieron con honores los primeros féretros con las víctimas del vuelo MH17 de Malaysian Airlines, presuntamente derribado con 298 personas a bordo
Holanda recibió con honores militares y en una jornada de duelo nacional los primeros féretros con las víctimas del vuelo MH17 de Malaysian Airlines, presuntamente derribado con 298 personas a bordo hace seis días en pleno vuelo sobre Ucrania oriental. A la base aérea de Eindhoven, en el sur del país, y procedentes de la ciudad ucrania de Járkov llegó primero un Globemaster C-17 australiano y después un Hercules C-130 de la Aviación holandesa.
A pie de pista del aeropuerto esperaban las más altas autoridades de los Países Bajos: los Reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Holanda, junto con el primer ministro, Mark Rutte, y el resto del Gobierno, de luto riguroso, así como la ministra de Asuntos Exteriores de Australia, Julie Bishop, y otras personalidades. Sus rostros lo decían todo, tristeza, impotencia y desolación al tener que despedir a todas las víctimas de este trágico suceso. Visiblemente afectada, la reina Máxima no pudo contener las lágrimas y rompió a llorar al recibir los féretros. Su marido estuvo en todo momento muy atento y pendiente de ella e intentó consolarla cogiendo cariñosamente su mano.
Las aeronaves fueron recibidas por un destacamento militar y varias unidades escoltaron los aviones a ambos lados, haciendo el saludo militar, mientras descargaban los féretros. La banda militar neerlandesa hizo sonar el himno Last Post, reglamentario de los ejércitos de los países de la Commonwealth para los fallecidos en combate. Holanda ha vivido una jornada de duelo nacional, lo que no se convocaba en el país desde 1962, cuando murió la reina Guillermina, abuela del actual rey Guillermo Alejandro, y cuando en Harmelen se produjo un trágico accidente ferroviario que causó 93 muertos y 52 heridos.
"Mi esposa y yo mismo estamos profundamente conmocionados por el relato de las personas que han perdido a sus seres queridos. Su tristeza, impotencia y desesperanza nos han roto el corazón. El dolor de esta nación es inmenso. Sin embargo es momento de estar unidos, de apoyarnos los unos a los otros. Ahora, en los próximos meses e incluso años. La Reina y yo acompañamos en el sentimiento a todos los que han perdido a un ser querido. Estamos con ellos en nuestro pensamiento. Mi madre y el resto de la Familia Real se sienten asimismo profundamente unidos al país en estos días de oscuridad. Esta tragedia ha abierto una herida en nuestra sociedad. Su cicatriz será visible durante años. Refugiémonos en nuestra fuerza interior, la compasión y la solidaridad", afirmó ayer el rey Guillermo Alejandro en un discurso a la nación.
Las banderas de todos los edificios públicos holandeses, las del gobierno central, así como regionales y locales y de otros lugares privados, ondearon igualmente a media asta en señal de duelo nacional. Al mismo tiempo que los aviones aterrizaban en suelo holandés, las televisiones conectaron con la ciudad de Utrecht, en donde repicó la campana de ocho toneladas de la catedral de la ciudad.
En la valla que rodea la base aérea de Eindhoven, numerosos ciudadanos colocaron flores en señal de respeto a las víctimas, cuyos féretros se trasladaron por carretera en un convoy escoltado hasta la base militar de Hilversum, en el norte del país, donde comenzará el proceso de identificación forense de las víctimas, que según avanzó Rutte podría llevar varios meses hasta ser completado.
En el exterior del recinto militar y en alguno de los puentes sobre la autopista que llega a la base se congregaron numerosos ciudadanos para rendir homenaje a las víctimas, pese a que las autoridades habían pedido por la mañana que se evitara hacerlo. El tráfico de vehículos quedó suspendido unos kilómetros antes y después del acceso a las instalaciones militares.