Máxima de Holanda ha demostrado ya en muchas ocasiones que la espontaneidad y la naturalidad forman una parte importante de su carácter. El hecho de que ahora sea la Reina de Holanda no ha restado un ápice de estas cualidades a su forma de ser y así es más que frecuente que la veamos en situaciones así de curiosas e inesperadas. La semana comenzó para la Soberana con una visita a una escuela de La Haya en la que presentó una campaña para conseguir instrumentos musicales para los estudiantes.
Además de escuchar cómo tocaban los alumnos, Máxima quiso conocer de primera mano lo que opinaban de esta iniciativa. Sin pensarlo más de un minuto, cogió un micrófono de un programa de radio que estaba cubriendo el evento y cambió su papel de Reina por el de periodista. Se sentó frente a los chicos y comenzó a hacerles preguntas. Los niños estaban encantados por tener frente a ellos a una reportera tan ilustre y con tanta simpatía.
La Soberana, que no dejó de sonreir en toda la cita, escogió para la ocasión un abrigo blanco con un estampado, que formaba hojas, en negro y un vestido rojo a juego con los zapatos y pendientes. Como es habitual en ella el toque de color forma siempre una parte importante de sus 'looks'. Y es que la Reina holandesa es original, es personal, es simplemente única.