La princesa Beatriz se ha trasladado a vivir al castillo Drakensteyn en Lage Vuursche, según ha confirmado el Servicio de Información del Estado esta mañana. La que fuera soberana holandesa hasta el pasado abril se ha empadronado hoy mismo en el ayuntamiento de Baarn, localidad a la que pertenece Lage Vuursche. El alcalde Mark Röel ha estado presente durante el trámite. La princesa Beatriz ya vivió en este castillo, de su propiedad, desde 1963 hasta 1981, año en el que se convirtiera en Reina y se trasladara a Huis ten Bosch en La Haya. Cerca del castillo de Drakensteyn, fue enterrado el año pasado el príncipe Friso, el hijo fallecido de la Princesa.
El castillo Drakensteyn tiene una larga historia. Aparece mencionado ya en documentos del siglo XIV. Desde el siglo XIX fue propiedad de la familia Bosch. En 1959 sería vendido por Frederik Lodewijk Bosch a la por aquel entonces princesa Beatriz. Tras una profunda reforma la Princesa, acompañada de su marido y sus hijos, se trasladaría a vivir allí hasta su nombramiento como soberana.
Con la mudanza de la princesa Beatriz a Drakensteyn vuelve a surgir la pregunta de cuándo se producirá el traslado de los actuales Reyes de su residencia en Wassenaar al palacio Huis ten Bosch. La Casa Real solo ha indicado que éste se producirá en el momento oportuno. El palacio Huis ten Bosch, puesto a disposición de la reina Beatriz por el Estado holandés en 1981, fue usado como galería de arte a principios del siglo XIX y fue la residencia del rey Luis, hermano de Napoleón Bonaparte. Durante la Primera Guerra Mundial fue la residencia principal de la reina Guillermina; durante la Segunda Guerra Mundial las autoridades nazis planearon demoler el palacio, si bien finalmente fue respetado. Tras la liberación de Holanda, pasaría a formar parte del patrimonio estatal holandés, pero no sería hasta el año 1981, con la entrada en él de la reina Beatriz, cuando el palacio volviera a ser habitado.
Mientras se produce la mudanza el Rey usa el palacio Noordeinde de La Haya y el Palacio Real de Ámsterdam como lugares de trabajo y como escenarios de los actos oficiales.