No es necesario mirar al cielo para ver estos días un radiante sol en Brunéi. Porque allí se encuentra Máxima de Holanda, que brilla de amarillo (aunque también de verde, de gris, de gala…) como su luz dorada, y porque la acompaña su cálida sonrisa, que enciende cada jornada oficial como sus rayos las mañanas. Y es que la reina Beatriz comenzó ayer en compañía de los Príncipes de Orange en la capital Bandar Seri Begawan una visita de Estado de dos días al Sultanato de Brunéi, la primera de un Jefe de Estado holandés desde que obtuviera la independencia del resto de la isla de Borneo en 1984, en respuesta a la invitación del sultán Hassanal Bolkiah, que además de Soberano ejerce como Primer Ministro, Ministro de Economía y de Defensa. Tras completar el programa oficial en Brunéi, los visitantes reales pondrán rumbo los próximos jueves y viernes a Singapur.
La visita oficial a Brunéi tiene su origen en una anterior del Sultán a La Haya, que tuvo lugar hace dos años. En aquella ocasión la reina Beatriz se congratuló de poder recibir en Holanda a un Jefe de Estado con "tan admirable antigüedad en sus funciones", habida cuenta de que el sultán Hassanal Bolkiah, de 66 años, ocupa el trono desde 1967, lo que le convierte en el soberano que mayor tiempo lleva en su cargo, tras el Rey de Tailandia y la Reina de Inglaterra. También está considerado por la revista Forbes como el segundo más rico del planeta, con una fortuna personal estimada de 15.000 millones de euros. Esta inmensa riqueza se deja ver en la espectacular colección de coches y aviones que el Sultán atesora o en su inmenso palacio, que cuenta con más de 1.700 habitaciones.
Fue en los magníficos pasillos y salones de este palacio, que lleva el nombre de Istana Nurul Iman, donde la Reina y los Príncipes volvieron a vestir de gala para asistir a una cena en su honor como broche de oro de su primera jornada. Y donde la princesa Máxima volvió a resplandecer. Y seguirá haciéndolo durante el resto de actividades programadas en Brunéi, que comparte la superficie de la Isla de Borneo con Malasia e Indonesia, cuenta con tan solo 400.000 habitantes (con ingresos medios al nivel de los de Europa) y debe su riqueza a su explotación del petróleo y del gas. Antes de poner rumbo a Singapur harán una excursión a Kampong-Ayer, un pueblo construido sobre las aguas; una visita a las oficinas de la petrolera holandesa Shell en la ciudad de Seria; una recepción a la comunidad holandesa, y una expedición para conocer cómo las autoridades bruneanas se esfuerzan en proteger la naturaleza de Borneo, especialmente su selva. Nuevos escenarios donde seguro volverá a demostrar que si se lo propone eclipsa al mismo sol.