A la Princesa de Orange le va el nombre que ni pintado. Y es que Máxima de Holanda no sólo es Máxima por denominación, sino sobre todo por naturaleza y por convicción como se aprecia en cada una de sus apariciones públicas. Día y noche apunta a lo más alto, y llega. Como ayer: por la mañana, cuando los Príncipes de Holanda inauguraron la exposición El rey Luis Napoleón y su Palacio en el Dam en el Palacio Real de Ámsterdam, y por la tarde, cuando la pareja presidió el concierto de clausura de la 65ª edición del Festival de Holanda en la capital holandesa, rindió homenaje otra vez a su nombre. La Princesa de Orange volvió a hacer de la distinción su máxima con un conjunto compuesto por un top con volantes y falda con bordados florales en rojo, que combinó con cinturón, bolso de mano y sandalias a tono, durante su visita a la muestra, que repasa el periodo de reinado de Luis Napoleón desde 1806 hasta 1810 centrándose en la influencia francesa que aún se puede admirar en el Palacio Real, como los espectaculares muebles de estilo Imperio, y después con un vestido blanco con capa y complementos (cinturón y cluntch) en oro, durante el fesival. Máxima elegancia.