Máxima de Holanda nunca pierde la sonrisa. Pero ayer el gesto le llegaba de oreja a oreja durante el concierto infantil al que asistió con el príncipe Guillermo y sus tres hijas, las princesas Amalia, Alexia y Ariane, en el Heineken Music Hall de Ámsterdam. La razón de su redundada alegría natural no era el hecho de disfrutar en familia de la cita musical, que también, sino el éxito del proyecto Los niños hacen música, organizador de este recital, cuyo objetivo es fomentar el estudio de la música entre la población infantil holandesa, y que la Princesa de Orange amadrinó el año pasado con motivo de su 40º cumpleaños dedicándose a esta iniciativa con gran entusiasmo en los últimos meses.
Aceptó la propuesta sin necesidad de convencerla. La Heredera afirmó en una entrevista realizada el pasado mes de febrero que se trataba de "una iniciativa fantástica" y subrayó además la relevancia del estudio de la música como factor de cohesión social: "Siempre he pensado que se debe institucionalizar el estudio de la música y que además debe enseñarse en grupo. Este proyecto parte de esa idea: extender el estudio de la música en los colegios y en los barrios, como una actividad colectiva y lúdica".
El concierto de ayer fue el colofón a esta iniciativa y contó con nada menos que 3.000 niños que durante estos meses han recibido clases de música. La Princesa se mostró emocionada por los resultados obtenidos y anunció, entre aplausos y vítores de los chavales allí congregados, que el proyecto recibirá financiación durante los próximos tres años por lo que muchos más niños podrán aprender música. Y si la cita motivó nuevas sonrisas a la princesa Máxima, a sus tres hijas arrancó unos tímidos pasos de baile animadas por los acordes de un gigantesco grupo de percusionistas. El poder de la música.