La familia real de Holanda pone voluntad en su día del Voluntariado más triste

Los Orange sacaron fuerzas de flaqueza tras el grave accidente del príncipe Friso y volvieron a colaborar en la iniciativa 'Holanda Participa'

por hola.com

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Beatriz de Holanda ha vuelto a sacar fuerzas de flaqueza tras el grave accidente que sufriera su hijo mediano el pasado 17 de febrero. Y, tras las primeras apariciones públicas de carácter oficial de la soberana desde la terrible desgracia, teñidas por la preocupación y el dolor, después de que hubiera cancelado su agenda oficial durante dos semanas, ha participado como cualquier otro año junto a otros miembros de la familia real holandesa en la iniciativa Holanda Participa, que tiene como objetivo promover el voluntariado en el país europeo. Pero la procesión va por dentro y, aunque no ha faltado determinación a los Orange en el día del Voluntariado, asomaba esta vez a su mirada un destello de tristeza por el grave estado del príncipe Friso que se encuentra en coma en el hospital londinense de Wellington al que fue trasladado a principios de mes tras su paso por un centro médico austriaco.

La reina Beatriz estuvo arropada por su hermana la princesa Margarita y sus sobrinos el príncipe Bernardo, la princesa Anette, el príncipe Floris y la princesa Aimée, quienes también desarrollaron a lo largo de la mañana diversas tareas para una fundación dedicada a los perros guías en la localidad de Molenschot, al sur del país. Esta fundación entrena a perros para que puedan ayudar a personas con discapacidades motoras y auditivas, así como a personas con epilepsia. Los Orange colaboraron con los voluntarios de la organización en el cuidado de los perros guías, en el lavado y peinado de los canes, así como en faenas de mantenimiento de las instalaciones. Por su parte, los príncipes Guillermo y Máxima se trasladaron también por la mañana a la localidad de Leidschendam, donde ayudaron en un grupo de scouts para chicas. Junto a las jóvenes exploradoras, los herederos pintaron el edificio del grupo, realizaron tareas de carpintería y aconsejaron en la decoración de las habitaciones. Los Orange pusieron voluntad en su día del Voluntariado más triste.


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Y es que la familia real holandesa, que se ha mostrado más unida que nunca tras el accidente, tiene la esperanza de que haya alguna posibilidad de recuperación y sigue pendiente de cualquier mínimo cambio en el estado del príncipe Friso. No le ha faltado en ningún momento en todo este tiempo al hijo mediano de la reina Beatriz el apoyo de los suyos. Las visitas a los hospitales donde ha estado ingresado han sido (y son) continuas. Así, mientras la princesa Máxima asistía tras la jornada de voluntariado en la noche del sábado en la Salle Pleyel de París a un concierto de la Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam bajo la dirección de Valery Gergiev, el príncipe Guillermo, cuya asistencia se anunció en un principio, viajó finalmente a Londres para visitar a su hermano en coma. Si querer es poder, que nunca falte voluntad para cambiar las cosas.