El grupo de médicos que trata al príncipe Friso desde que éste fuera víctima de un alud la semana pasada mientras esquiaba en Lech (Austria), el lugar habitual de vacaciones invernales de la Familia Real holandesa, ha ofrecido este mediodía una rueda de prensa en el hospital de Innsbruck en la que, por primera vez desde el accidente, ha aclarado la situación en la que se encuentra el hijo mediano de la reina de Holanda. Hasta el momento, el estado del príncipe había sido calificado prácticamente a diario como "estable dentro de la extrema gravedad".
El hermano del príncipe Guillermo, heredero al trono de Holanda, estuvo sepultado durante alrededor de 25 minutos sufriendo un paro cardíaco durante 50 interminables minutos. Durante todo ese tiempo fue sometido a tareas de reanimación. Un tiempo "posiblemente demasido largo", según uno de los médicos que le atiende.
Como resultado de este grave accidente, el cerebro del príncipe Friso ha quedado gravemente dañado, según los últimos análisis realizados ayer. Se mantuvo su cuerpo a baja temperatura para evitar el daño cerebral pero esta medida ha sido en vano según los especialistas, que hablan de "daño masivo".
La rehabilitación podría durar meses o incluso años, e incluso se baraja con la posibilidad de que príncipe no pueda recuperar la consciencia. La Familia Real confía en que haya alguna posibilidad de recuperación y, según han confesado los médicos, ya están pensando en buscar un centro de rehabilitación para Friso mientras este continúe en coma.
La reacción en los medios holandeses es de profunda conmoción. Se ha producido un silencio sepulcral tras el final de la conferencia en la que no ha habido turno de preguntas.
El príncipe Johan Friso, de 43 años, está casado con Mabel van Oranje-Nassau y tienen dos hijas: Emma y Joanna, de seis y cinco años respectivamente. Su madre, la reina Beatriz de Holanda ha cancelado todos sus compromisos oficiales previstos para la próxima semana.