Son momentos de máxima preocupación para la familia real holandesa desde el grave accidente del príncipe Friso, cuando una avalancha de nieve lo dejó sepultado el pasado viernes durante veinte minutos. Según el último comunicado del Servicio de Información del Estado, emitido ayer domingo por la tarde, el estado del hijo mediano de la reina Beatriz sigue siendo estable, aunque se mantiene la extrema gravedad. Además el parte indica que "antes del fin de esta semana no es previsible que se ofrezca un pronóstico médico".
La Casa Real ni confirma ni desmiente los muchos rumores que han aparecido en los últimos días en la prensa austriaca que apuntarían, por ejemplo, a que el príncipe Friso podría haber sido sometido a una operación de urgencia pocas horas después del accidente. Según varias fuentes médicas aparecidas en los medios holandeses, no es raro que el diagnóstico se haga esperar ya que hasta que el paciente no abandona el estado de coma inducido y su temperatura corporal vuelve a niveles normales es difícil hacer previsiones.
El Servicio de Información del Estado subrayó en el comunicado la importancia de las muestras de cariño que los Orange están recibiendo de sus conciudadanos. "Es un enorme apoyo en estos momentos tan difíciles. La familia real está profundamente agradecida y emocionada", según la nota de prensa.
Los Orange sobrellevan estos momentos de dolor y preocupación más unidos que nunca. Durante la jornada del domingo, se pudo ver a la entrada número 8 del hospital de Innbruck (Austria), donde está ingresado el príncipe Friso, a la reina Beatriz acompañada de su nuera, la princesa Mabel, ambas visiblemente abatidas y con signos de cansancio en sus rostros. Por su parte, los herederos intentaron mantener una cierta normalidad delante de los niños de la familia. Así, se pudo ver a los príncipes Guillermo y Máxima y al príncipe Constantino con sus hijos, así como con las hijas del príncipe Friso, Luana y Zaria, antes de regresar a Londres, su lugar de residencia, y retomar sus actividades escolares tras las vacaciones invernales.
Por la noche, el príncipe Guillermo, acompañado de su cuñada la princesa Mabel, visitó por primera vez desde el accidente a su hermano en el hospital. A su rostro asomaba gran preocupación como el pasado sábado por la noche al del príncipe Constatino que se dejó ver en el centro hospitalario. La última visita que ha recibido el príncipe Friso ha sido la de su hija menor, Zaria, de cinco años, que se encuentra aún en Austria. La niña, en compañía de su madre y de sus dos abuelas, ha entrado al hospital por una puerta no habitual para que no pudiera ser fotografiada.