Los príncipes Guillermo y Máxima llegaron a primera hora de la mañana de este sábado acompañados de sus tres hijas al hotel Gasthaus Post, donde se instalan habitualmente los miembros de la Familia Real durante sus vacaciones en Lech. Sin embargo, su viaje ha sido muy distinto al de otros años. Hacía tan sólo unas horas que se habían enterado de la noticia de que el hermano del futuro heredero holandés, el príncipe Friso, había tenido que ser hospitalizado tras quedar sepultado por una avalancha de nieve y se encontraba grave en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Según las últimas informaciones que publican los medios locales, todo apunta a que el príncipe Friso se encontraba esquiando fuera de pista en un área que había sido cerrada debido a la alarma de aludes y además, el hecho de que llevara consigo un GPS facilitó las labores de rescate. Michael Manhart, director de esquí de Lech, aseguraba que "había mucha pendiente en esa zona, pero que el hijo de la reina de Holanda conocía suficientemente bien el terreno". "El príncipe es un buen esquiador y viene muy a menudo a Lech. Era consciente del peligro que había", y añadió: "La noticia fue como un mazazo. Estamos todos muy afectados".
Cabizbaja, con el rostro serio y apoyada en su nuera, así es como llegaba la reina Beatriz a primera hora de la mañana de este sábado al hospital tras abandonar el hotel Gasthaus Post. Sin duda, están siendo momentos muy difíciles para la Familia Real holandesa y por eso, tras el accidente del príncipe Friso están más unidos que nunca. Según el último comunicado emitido por el Servicio de Información de la Casa Real (RVD), su estado sigue siendo estable dentro de la gravedad: "No hay un cambio en el estado del príncipe. En consecuencia, todavía no está fuera de peligro, pero pasó una noche tranquila y estable. Se encuentra en la unidad de trauma en la UCI del hospital y está siendo atendido por un equipo de especialistas".
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