Aunque han visitado en varias ocasiones las Antillas holandesas, esta vez era diferente por tratarse del primer viaje oficial tras su disolución el pasado 10 de octubre de 2010. A partir de ese momento, las islas de San Eustaquio y Curazao pasaron a ser países autónomos como lo es Aruba desde el 1 de enero de 1986, aunque siguen perteneciendo al Reino de los Países Bajos, mientras que San Martín, Saba y Bonaire son dependencias del país. Por todo ello, la visita de la soberana holandesa y los príncipes Guillermo y Máxima se esperaba con mucha emoción y el recibimiento no pudo ser más caluroso.
El pasado viernes, la reina Beatriz y los príncipes herederos aterrizaron en la isla de Aruba y desde el momento en el que abandonaron el avión se encontraron con una multitud que no dejaron de vitorearles y les obsequiaron con llamativos ramos de flores de colores. Y es que todavía no sabían que les esperaban unos días llenos de emoción y sobretodo mucha diversión. "Es maravilloso ver cómo un país pequeño, a veces puede ser tan grande y darse de cuenta de que ningún sueño es inalcanzable si realmente crees en él", declaró el príncipe Guillermo en su primer discurso.
En Aruba, la soberana y los príncipes de Orange aprovecharon para reunirse con el gobernador, el primer ministro y algunos de los miembros del gobierno que se encargaron de ponerles al día sobre los últimos avances de los proyectos relacionados con la educación, el deporteo la cultura. La princesa Máxima acaparó todas las miradas en la cena ofrecida en su honor para darles la bienvenida con un llamativo vestido asimétrico de color rosa y sandalias de tacón alto a juego. Sin embargo, durante su visita también tuvieron tiempo de dejar a un lado su faceta más 'oficial' y mostrarnos su lado más divertido.
Con motivo del festival multicultural que tuvo lugar en el parque Linear, las calles se llenaron de máscaras, disfraces y colorido. La reina Beatriz y la princesa Máxima aprovecharon para compartir confidencias y una vez más evidenciaron la buena relación que mantienen. De hecho, y acompañadas por el príncipe Guillermo, no dudaron en dejarse llevar por la música y demostraron sus dotes con el baile junto a los artistas que amenizaron la fiesta.
Tras Aruba, mañana llegarán a Bonaire, isla en la que realizarán un crucero por los manglares e inagurarán un edificio dedicado a los jóvenes y familias, y continuarán su viaje por las islas de Curazao, San Martín, San Eustaquio y Saba, donde aprovecharán para visitar algunas escuelas, centros escolares y fundaciones que se centran en ayudar a los más desfavorecidos.
Un estilo siempre impecable
Durante los primeros días de su viaje oficial, Máxima optó por vestidos de corte ‘lady’ por la rodilla que resaltaban su silueta. Cuellos de barco, escotes asimétricos, pamelas, tocados… La princesa de Holanda ha lucido vestidos sencillos cuidando los detalles que, como siempre, pueden convertir un ‘look’ aburrido en un acierto. Tanto con estampados abstractos como con creaciones lisas, la esposa del príncipe Guillermo sabe perfectamente qué le favorece y por eso se muestra cómoda en cada una de sus apariciones públicas. En cuanto al cabello, Máxima suele apostar por una melena suelta, aunque en las ocasiones que opta por lucir tocados o pamelas se atreve con los recogidos. Como en este caso, en el que la vimos con dos versiones de la clásica coleta, más o menos alta, según el accesorio. Las vistosas joyas que suele lucir la princesa también se convierten en el centro de las miradas, como los pendientes negros, rojos o brillantes que eligió para combinar, perfectamente, con tres de sus ‘looks’ durante esta visita.