A Máxima de Holanda se la quiere. No sólo es uno de los miembros de la familia real holandesa más populares en su país, sino también una de las princesas más apreciadas fuera. Pero este afecto es fruto de años. Nada menos que una década, desde que se comprometiera con el príncipe Guillermo, heredero al trono de los Países Bajos, a lo largo de la cual ha ido ganándose día a día el corazón del reino con su dedicación, simpatía y naturalidad.
Diez años que sus conciudadanos no pasarán por alto. Para marcar el señalado aniversario, la princesa Máxima, junto a la reina Beatriz, inauguraron el pasado 7 de mayo en el Palacio Het Loo de Apeldoorn una exposición que recorre los acontecimientos más importantes de la vida de la princesa en la última década. Ambas damas reales hicieron alarde de elegancia durante su visita a esta muestra, que lleva el título de MÁXIMA, 10 años en Holanda y que hace hincapié a través de fotografías, vídeos y vestidos en el papel de la princesa en el seno de la familia real y el trabajo que ha desarrollado desde que se convirtiera en la esposa del príncipe de Orange. La princesa Máxima, gran aficionada a los sombreros, celebró sus diez años en el país con otra espectacular creación de Fabienne Devigne y traje de pata de gallo rojo y blanco, mientras que la soberana se decantó por un conjunto azul turquesa con sombrero a tono.
Un homenaje a esta argentina de nacimiento y holandesa de corazón que se puede considerar un preludio a los actos de celebración de su 40º cumpleaños. Actos que culminarán el próximo 27 de mayo en el Concertgebouw de Ámsterdam con un concierto de la Orquesta Real, acompañada al piano por el célebre Daniel Barenboim, al que está previsto que acuda un gran número de miembros de la casa real holandesa. Nuevas ocasiones como la del pasado fin de semana en las que volveremos a ser testigos del personal estilo de Máxima de Holanda, de su frescura, de su cercanía... Encantos por los que se la quiere tanto.