Máxima de Holanda lo ensalza todo: actos y trajes. Y una vez más lo ha vuelto a demostrar. La princesa de Orange ha causado sensación ante el derroche de elegancia que ha desplegado en su visita de Estado a Alemania junto a la reina Beatriz y su esposo, el príncipe Guillermo. Un viaje oficial con un marcado acento financiero debido los importantes intereses comerciales que comparten ambas naciones. La princesa no hizo las maletas al azar; ha querido dar la mejor imagen de Holanda como socio económico y lo ha conseguido luciendo siempre un atuendo sofisticado y regio, decantándose por refinados conjuntos y dando prioridad a espectaculares complementos, sin renunciar a su máxima: un estilo personal.
La princesa Máxima, al igual que la princesa Letizia y otras princesas herederas, también maximiza las puestas de sus prendas y, como sus homólogas, recicla. Optó para su visita al memorial de guerra Neue Wache por un conjunto de blusa blanca y falda negra a la altura de la rodilla, que combinó con zapatos de tacón y cartera bicolor (negros y beige), guantes cortos de cuero y un vistoso tocado en ocre adornado por una flor blanca y, como únicas joyas, unos pendientes de perlas y un reloj clásico estilo cartier. Un look con el que ya triunfó en México durante su visita oficial de 2009.
Pero la princesa de Orange no siempre ha vestido sobre seguro en su visita a Alemania, también ha arriesgado. Lució para el encuentro con el presidente alemán, Christian Wulff, y su esposa, Bettina, un llamativo vestido berenjena entallado a la cintura, con escote barco y manga francesa, que combinó con un chal de flores en momentos de frío y con espectaculares complementos en rosa palo, una enorme pamela y altos zapatos de tacón. Las joyas para este nuevo conjunto también fueron protagonistas: un broche de brillantes y unos originales pendientes de brillantes con flecos de rubíes.
Para la noche, la princesa Máxima se puso sus mejores galas y algunas fabulosas piezas de la corona holandesa. Lució un sofisticado vestido color nude, con pedrería en el escote y en el bajo, que coronó con la tiara bandeau de diamantes, que llevó en la boda real de Victoria y Daniel de Suecia, así como pendientes largos y brazaletes de brillantes, en la cena de gala que el mandatario aleman ofreció en honor a sus invitados reales. Y la visita no ha hecho más que empezar.