Los hermosos parajes y pistas de esquí de la estación de Lech (Austria) han sido una vez más los escenarios elegidos por la Familia Real holandesa para disfrutar de sus vacaciones de invierno y regalar a los fotógrafos una sesión en la que los protagonistas indiscutibles han sido los nietos de la reina Beatriz, en especial las tres hijas de los príncipes Guillermo y Máxima, Amalia, Alexia y Ariane. Las pequeñas, de siete, cinco y tres años respectivamente, disfrutaron de lo lindo demostrando sus dotes para el esquí y se lo pasaron en grande jugando con sus primos. Sin duda, la que menos reparos mostró en aprender a practicar este deporte fue Ariane y aunque intentó hacerlo por sí sola, no pudo mantener el equilibro y terminó en el suelo. Menos mal que contó con la ayuda de su padre que después de su caída no se separó de ella ni un sólo instante.
La princesa Máxima contempló el instante entre risas y advirtió a su hija de que todavía era muy pequeña para controlar los esquís. Así, a Ariane no le quedó otra que fijarse en sus hermanas mayores, que ya tienen más experiencia en la nieve, para tomar nota de sus trucos y habilidades. La invernal estampa familiar la completaron el príncipe Constantino, con su esposa, la princesa Laurentien, y sus hijas Eloise, Claus Casimir y Leonore; y los príncipes Friso y Mabel, con sus dos hijas, Luana y Zaria. Todos ellos hicieron que la reina Beatriz se sintiera la abuela más feliz del mundo ya que pudo disfrutar de la compañía de sus ocho nietos y de momentos únicos que se reflejan en estas instantáneas.