Nada más hacerse público que el príncipe Bernardo de Holanda tiene una enfermedad incurable, Miles de ciudadanos holandeses enviaron a su residencia, el palacio de Soestdijk, infinitas muestras de apoyo: flores, cestas de fruta y una avalancha de correspondencia.
A pesar del sombrío pronóstico de su enfermedad, cuentan personas cercanas al Príncipe, que éste parece estar alegre y que su estado no modificará, por lo pronto, ninguna de las actividades ya planificadas de la Familia Real.
"Tarde o temprano sucederá"
Asimismo, todas estas personas coinciden en que, a estas alturas, el único gran deseo del Príncipe sería estar con vida el próximo 5 de mayo, fecha en la que se celebran los 60 años de liberación de las tropas alemanas, y se hace el desfile de veteranos en Wageningen. Citando palabras del mismo príncipe Bernardo: "Tengo la gran suerte de que mis hijos y nietos me visitan a menudo, lo que no suele ser tan relativamente normal en otras familias. También, la voluntad de vivir, y un trabajo que me gusta. Así que, todas esas cosas juntas te dan fuerza para decir hay que seguir hacia delante. Tarde o temprano, no obstante, sucederá. Hay que aceptar la propia muerte".
La pasada semana la oficina del Gobierno holandés RVD comunicó que habían hallado células cancerígenas que indicaban la presencia de un tumor en la pleura del príncipe Bernardo. También que, aunque se investigará la naturaleza exacta de estas células, no tendría ningún sentido operar a una edad tan avanzada, 93 años.