El testamento de la reina Juliana sigue siendo un misterio. Y es que, entre otras cuestiones, se desconoce el alcance concreto de la fortuna y patrimonio de la Reina Madre, así como de los bienes que pasarán a disposición de la reina Beatriz y demás miembros de la [Familia Real holandesa].
Libre de impuestos
Lo único que se sabe, por el momento, es que la herencia podrá repartirse sin que intervenga Hacienda ya que el Jefe de Estado y su descendiente -la reina Beatriz y el príncipe Guillermo Alejandro-, según la Ley del Estatuto Financiero de la Casa Real de 1972 y el artículo 40 la Constitución holandesa, están exentos del pago de impuestos de sucesión. Asimismo, por medio de un rodeo legal, también el resto de la familia puede evadirse de la liquidación de este impuesto. La soberana heredaría la totalidad de las posesiones de su madre, la reina Juliana, libres de impuestos, y a continuación haría donaciones (también libres de impuestos, según la ley holandesa) a sus parientes. De cualquier forma, el hecho de que las posesiones de la reina Juliana pasen o no íntegramente a manos de la reina Beatriz será controlado por el registro de la propiedad.
Por otra parte, tampoco se excluye que parte del legado se dedique a promover fundaciones. De hecho, muchas de las propiedades habitualmente usadas en ceremonias de la Familia Real (como las carrozas, las colecciones de arte...), dependen directamente de estas entidades con lo que se evita la dispersión de la herencia. También las hermanas de la reina Beatriz -princesas Irene, Magriet y Cristina- disponen desde 1968 de una Fundación cuyo fin es "proporcionar aportaciones a cada una de las tres hijas menores de S.A.R. Juliana para dedicarlos a los costes por el desempeño de sus funciones".