La herencia de la reina Juliana
La fortuna de los Orange
A cuánto se elevaba el patrimonio de la soberana Juliana sigue siendo, como decíamos, una incógnita sin resolver. Cuando murió su madre, la reina Guillermina, Juliana de los Países Bajos se quedó con la mayor parte del capital familiar, pero también sus hijas percibieron una parte sustanciosa de la herencia. Además, la reina Juliana hizo en vida muchas donaciones a sus 14 nietos, lo que complica bastante los cálculos. Según unas declaraciones del príncipe Bernardo, la fortuna de la reina Juliana no ascendía a más de 215 millones de euros. Las estimaciones sobre el capital de los Orange oscilan desde los varios cientos hasta los miles de millones.
La princesa Juliana era propietaria de grandes fincas en diversos lugares de Holanda, un total de algo más de 700 hectáreas. El más conocido es De Horsten, entre Wassenaar y Voorschoten, de aproximadamente 380 hectáreas, donde viven el príncipe Guillermo Alejandro y la [princesa Máxima]. El palacio Soestdijk no forma parte de la herencia, ya que desde 1970 pertenece al Reino. Juliana vendió el palacio y los terrenos adyacentes por 4.288 millones de florines. El motivo que la llevó a actuar de esta manera fue que en aquel momento no podía hacer frente a los gastos de mantenimiento. El Gobierno prometió que la Reina Madre y su esposo, el príncipe Bernardo, podrían vivir en él hasta su muerte. Junto al palacio Soestdijk también tiene una propiedad que incluye viviendas, dos granjas y terrenos arrendados (de unas 170 hectáreas). Asimismo, posee seis viviendas, casi todas alquiladas a trabajadores y ex-trabajadores de la Casa Real; dos granjas arrendadas, una en Apeldoorn y otra en Hoog Soeren; 70 hectáreas de terreno Wenum; 87, en Garderenseveld (que en parte se está usando para actividades militares), y 16 hectáreas en Het Vosseveld.
La residencia italiana de vacaciones el Elefante Feliz está a nombre del príncipe Bernardo. Las joyas, cuadros y otros objetos históricos, como las cuberterías, de valor incalculable, han pasado en su mayor parte a formar parte de la Casa Real o para fines culturales. Estos objetos no formarían parte de la herencia general, ya que, según el portavoz de la Casa Real, se van a gestionar por medio de fundaciones.
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A cuánto se elevaba el patrimonio de la soberana Juliana sigue siendo, como decíamos, una incógnita sin resolver. Cuando murió su madre, la reina Guillermina, Juliana de los Países Bajos se quedó con la mayor parte del capital familiar, pero también sus hijas percibieron una parte sustanciosa de la herencia. Además, la reina Juliana hizo en vida muchas donaciones a sus 14 nietos, lo que complica bastante los cálculos. Según unas declaraciones del príncipe Bernardo, la fortuna de la reina Juliana no ascendía a más de 215 millones de euros. Las estimaciones sobre el capital de los Orange oscilan desde los varios cientos hasta los miles de millones.
La princesa Juliana era propietaria de grandes fincas en diversos lugares de Holanda, un total de algo más de 700 hectáreas. El más conocido es De Horsten, entre Wassenaar y Voorschoten, de aproximadamente 380 hectáreas, donde viven el príncipe Guillermo Alejandro y la [princesa Máxima]. El palacio Soestdijk no forma parte de la herencia, ya que desde 1970 pertenece al Reino. Juliana vendió el palacio y los terrenos adyacentes por 4.288 millones de florines. El motivo que la llevó a actuar de esta manera fue que en aquel momento no podía hacer frente a los gastos de mantenimiento. El Gobierno prometió que la Reina Madre y su esposo, el príncipe Bernardo, podrían vivir en él hasta su muerte. Junto al palacio Soestdijk también tiene una propiedad que incluye viviendas, dos granjas y terrenos arrendados (de unas 170 hectáreas). Asimismo, posee seis viviendas, casi todas alquiladas a trabajadores y ex-trabajadores de la Casa Real; dos granjas arrendadas, una en Apeldoorn y otra en Hoog Soeren; 70 hectáreas de terreno Wenum; 87, en Garderenseveld (que en parte se está usando para actividades militares), y 16 hectáreas en Het Vosseveld.
La residencia italiana de vacaciones el Elefante Feliz está a nombre del príncipe Bernardo. Las joyas, cuadros y otros objetos históricos, como las cuberterías, de valor incalculable, han pasado en su mayor parte a formar parte de la Casa Real o para fines culturales. Estos objetos no formarían parte de la herencia general, ya que, según el portavoz de la Casa Real, se van a gestionar por medio de fundaciones.