La noticia de la próxima maternidad de Máxima ha entusiasmado a la opinión pública holandesa. Todos, sin excepción, esperan ansiosos la llegada del nuevo heredero/a al trono de Holanda. También la Reina Madre Juliana que, a sus 94 años, y cuando llevaba varios lustros retiradísima de la vida pública, ha decidido celebrar la buena nueva y demostrar al mundo que continúa estando al pie del cañón con una inesperada aparición pública. Inesperada, a la vez que sorprendente, pues en los últimos años, la reina Juliana se había ausentado radicalmente del panorama social, faltando incluso a acontecimientos claves de la Familia Real como las bodas del príncipe Constantino y la princesa Laurentien o la del príncipe Guillermo y la princesa Máxima.
No obstante, la ocasión también merecía el esfuerzo. Se trataba del 92º cumpleaños de su esposo, el príncipe Bernardo. Una fiesta alegre -en la que la Reina Madre era la invitada de honor-, que se unía a la alegría, también, del embarazo de Máxima. Una fecha histórica pues la reina Juliana vive desde hace varios años recluida y ni siquiera celebra públicamente el Día de la Reina. Festejo que la propia soberana decretó en plena posguerra para celebrar su cumpleaños con todos los súbditos y que, en la actualidad, se sigue celebrando en abril, porque la [reina Beatriz] quiso mantener la fecha y rendir, así, un tributo a su madre.
Juliana, una Reina venerada Una Princesa -así quiso ser distinguida desde que renunció al trono- que, aunque tuvo un reinado difícil durante 32 años, logró superar todos los problemas políticos y familiares y alzarse, finalmente, sobre la nación como una soberana muy popular y muy respetada. Acercó a su familia a la gente, cautivó los corazones de los holandeses y fue tal su éxito que hasta el mismo partido laboralista retiró su exigencia de convertir el país en una República. La reina Juliana cedió el trono a su hija Beatriz, en 1980, el día de su 71º cumpleaños, diciendo: "Tarde o temprano los que envejecen deben de enfrentar el hecho grave de que su fortaleza se desvanece y que es irresponsable seguir".
No ha sido su caso. La reina Juliana continúa haciendo alarde de una fortaleza de hierro incomparable. No en vano, es la única Reina Madre superviviente -sus dos congéneres, la reina madre Ingrid de Dinamarca y la Reina Madre de Inglaterra, fallecieron en noviembre del año 2000 y en marzo de 2002 respectivamente.