Punto y final para la luna de miel de Máxima y Guillermo de Holanda
Desaparecieron a las seis de la tarde del día dos de febrero, fecha en la que contrajeron matrimonio civil y religioso, dejando a todos los invitados celebrando su gran fiesta nupcial en el Palacio Real de Ámsterdam... Hicieron escala en Londres. Tan solo una noche y se encontraron con los padres de Máxima, Jorge Zorreguieta y Carmen Cerruti que, aunque habían seguido la boda desde la casa de unos amigos ingleses, no habían tenido, hasta ese momento, la oportunidad de darles el abrazo de enhorabuena.
Viaje sigiloso
Sigilosamente y con una pequeña escolta, los Príncipes de Orange emprendieron viaje de nuevo el mismo día tres por la mañana hacia Suiza. Hacia la exclusiva estación de St. Moritz, donde, tan sólo dos días después de haberse celebrado la gran boda real, Máxima y Guillermo sorprendieron, muy de mañana, a los empleados de la estación: "Queremos alquilar, por favor, unos esquís".
El paisaje de los Alpes
Se hospedaron en la lujosa mansión de la viuda de Alfred Heineken, conocido también como el rey de la cerveza -fallecido tan solo un mes antes a los 78 años- y disfrutaron, ajenos a la mirada del mundo, desde las ventanas de la casa del romántico paisaje de los Alpes, con sus bosques, sus lagos y sus montañas nevadas.
Secretos de Luna de miel
Han pasado cinco semanas desde que Máxima se convirtiera en Princesa de Orange y, aunque no han querido, por el momento, desvelar dónde se encontraba su segundo nido secreto, ni dónde pasaron sus primeras vacaciones largas de casados, la pareja ha aceptado como primera misión oficial reaparecer el próximo fin de semana en la ceremonia de inauguración de los juegos Paralímpicos de salt Lake City.
Príncipes y artistas
Estas olimpiadas, en las que participarán atletas de un total de 36 países, darán comienzo el 7 de marzo y se prolongarán hasta el próximo 16. La ceremonia de apertura, que por primera vez en su historia reunirá en el estadio a nada menos que 45 mil espectadores aproximadamente, contará con la inestimable presencia de Stevie Wonder, uno de los más célebres y reconocidos cantantes de los años 80.Pero no sólo eso, los responsables del Estadio Olímpico han aglutinado a los nombres de mayor talento en las diferentes áreas de las artes escénicas para poner el broche de oro a una velada marcada por los valores de amistad, paz y unidad.
Música en la nieve
Además de Wonder, amenizarán la ceremonia apertura: Wynonna, proclamada por el periódico The Angeles Times como la cantante femenina más completa de su generación, el cantautor Donny Osmond, la violinista pop Vanessa Mae y el cantante de country Billy Gilman. Todo un espectáculo.
Otto, la mascota
Pero, sobre todo, los Juegos Paralímpicos son una cita con el esfuerzo, la entereza y la superación en mayúsculas. Todo un ejemplo de valentía de un grupo de deportistas con minusvalías para los que cada nuevo día supone un reto. Otto, la mascota oficial de estas olimpiadas, encarna a la perfección este espíritu de lucha. Una nutria de río americana que no duda en usar sus propias artimañas para conseguir alimento.