Obras en la antigua casa de Pedralbes de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin
Cinco meses después de que la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin cerraran la venta de su casa de Barcelona situada en el exclusivo barrio de Pedralbes, parece que el nuevo propietario ha decidido hacer un lavado de cara a la residencia. El palacete se encuentra en obras, como puede comprobarse en estas recientes imágenes que demuestra que el comprador de la casa está haciendo algunos cambios en ella.
Tal y como se ve en las fotografías, tras los muros de la que fue la residencia de la infanta Cristina y su marido se acumulan tablas y otros materiales de construcción. Además, varios operarios de obra han sido vistos entrando y saliendo, cargando con planchas de madera y otros objetos destinados a la renovación de la casa.
Precisamente estos días la infanta Cristina ha viajado a Barcelona por motivos de trabajo. Doña Cristina, que reside en Ginebra con su familia, voló hasta la capital catalana para acudir a una reunión, y fue vista entrando y saliendo de su hotel y de la Fundación La Caixa luciendo una chaqueta roja.
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La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin cerraron la venta de la casa de Pedralbes en junio, encontrando comprador a través de la consultora inmobiliaria Coldwell Banker. Pudieron venderla después de que el juez del caso Nóos, José Castro, ordenara la cancelación del embargo que pesaba sobre la vivienda. El pasado 27 de enero, Urdangarin solicitó al juez Castro que alzara el embargo que pesaba sobre el chalé ante la posibilidad de venderlo por 6,9 millones de euros, con el compromiso de destinar 713.988 euros a la cuenta del juzgado de Castro por la responsabilidad civil fijada por el juez para él en el caso Nóos, y 967.693 de la infanta, y otras cantidades a saldar un crédito y el pago de impuestos. Castro aceptó el precio de venta, pero rechazó que se destinaran 437.215 euros a cancelar un préstamo y casi 254.000 euros a saldar una deuda con la Agencia Tributaria correspondiente al IRPF de 2009 de Urdangarin.
El juez autorizó la venta el pasado marzo, después de que la infanta y Urdangarin registraran un escrito comprometiéndose a consignar en la cuenta del juzgado 2,3 millones de euros del beneficio de la venta para cubrir parte de las fianzas que les reclama en concepto de responsabilidad civil, que suman 16,3 millones de euros.