La infanta Elena y su hija, fin de semana sevillano entre la hípica y la gastronomía
La hija menor de la infanta Elena, Victoria Federica, ya no es una niña. El pasado 9 de septiembre soplaba las velas de su 15º cumpleaños, y poco a poco se está despidiendo de la infancia para convertirse en una jovencita que ha heredado de su madre no solo la elegancia y algunos de sus rasgos, sino también aficiones como la hípica.
Doña Elena no quiso perderse este sábado el CSN5* del Real Club Pineda que se celebraba en Sevilla, y viajó hasta la capital hispalense con su hija Victoria Federica. Las acompañaba también el jinete Luis Astolfi, buen amigo de la infanta Elena desde hace más de 30 años, quien estuvo charlando y riendo con ella a pie de pista.
La infanta Elena y su hija llegaron al Real Club de Pineda con looks informales -doña Elena con pantalones color crema, blusa blanca y chaqueta blanca y Victoria Federica con falda corta gris y jersey a juego- para cambiar posteriormente sus estilismos por otros más apropiados para la ocasión: pantalones y botas de montar, camiseta y casco.
Las dos se dejaron ver disfrutando de una tranquila jornada en la hípica. No solo desde el palco, donde estuvieron riendo, compartiendo confidencias y haciendo algunas fotos, sino también en la pista, puesto que la hermana del Rey también participaba en la competición. De blanco y sobre un caballo castaño la Infanta estuvo cabalgando al lado de Victoria Federica, que iba montada en uno negro. Parece que doña Elena ha sabido transmitir muy bien a su hija su pasión por la hípica, a juzgar por la soltura que mostraba sobre el caballo, algo que sin duda lleva en los genes. Aunque no es la primera vez que se anima a practicar este deporte, parece que ha perfeccionado su técnica.
El fin de semana sevillano de doña Elena y Victoria Federica no se limitó a la hípica sino que, tal y como publica El Diario de Sevilla, poco antes las dos estuvieron disfrutando de la gastronomía andaluza en el Mercado de Triana, donde aprovecharon para probar algunas delicias como las coquinas, el jamón y la carne, mostrándose cercanas y cariñosas con todos los que se acercaban a saludarlas y fotografiarse con ellas. Al parecer doña Elena, que en muchas ocasiones ha mostrado su compromiso con las causas más solidarias, volvió a hacer gala de su altruismo esta vez de forma extraoficial, comprando unas gafas que vendían los miembros de la Asociación Española contra el Cáncer para recaudar fondos destinados al apoyo psicológico para los afectados por la enfermedad.
Un divertido fin de semana lleno de experiencias madre e hija.