Así conocimos al abuelo de la Reina
Un hombre sencillo, hecho a sí mismo y muy pendiente siempre de los suyos. Con naturalidad y simpatía, Francisco Rocasolano, abuelo materno de doña Letizia, aclaraba a los medios con una sonrisa que se había enterado del compromiso de su nieta con el entonces Príncipe de Asturias, “como todo el mundo”. Quién le iba a decir a este taxista jubilado que ejerció durante décadas en la ciudad de Madrid que iba a ver a su nieta convertida algún día en Reina. “Es una chica muy normal, muy cariñosa y muy lista” así definían su mujer y él a doña Letizia, a la que estuvieron siempre muy unidos.
Tras su jubilación, se trasladó con su mujer Enriqueta Rodríguez a vivir a Alicante, al barrio de San Gabriel, aunque nunca dejaron de visitar la capital, sobre todo en los momentos señalados de la nueva vida de su nieta. Pese a sus nuevas obligaciones, ella no se perdía ni uno de sus cumpleaños, que celebraban todos juntos y en familia en el palacio de la Zarzuela. Una ocasión en la que se reunían su hija Paloma, sus nietas Letizia y Telma y sus bisnietas para brindar por su aniversario cada 21 de julio (el último que celebró allí fue en el 2014).
Estuvieron junto a ella en el día de su boda con don Felipe, en el bautizo de sus nietas Leonor y Sofía y por supuesto en la proclamación de don Felipe como Rey. Fue esta la última vez que se pudo ver a Francisco en una ocasión pública, dado que su salud era ya delicada. Desde el año 2007, residía en Madrid junto a su hija Paloma Rocasolano (Enriqueta y él se mudaron tras el fallecimiento de su nieta Erika), que estaba muy pendiente de ellos en todo momento dada su avanzada edad.
En 2008, él había tenido un bache de salud, una dolencia coronaria que le obligó a ingresar en el hospital Gregorio Marañón. Su hija no se separó de él en ningún momento y, tras recibir el alta entonces, tan jovial y bromista como siempre, aseguraba a sus vecinas del barrio de Vicálvaro: “Estoy hecho un torero”. Meses después volvería a sufrir un duro golpe, la muerte de la mujer de su vida Enriqueta, a los 89 años de edad.
Fallece el abuelo materno de la reina Letizia, Francisco Rocasolano
El abuelo de la reina Letizia, ingresado en un hospital de Salamanca
Sin embargo, él seguía con sus pequeñas rutinas: salía a dar un paseo por el barrio, a hacer algunas compras y disfrutaba de sus nietas (las hijas de Letizia, Erika y Telma). Se perdió no obstante la primera comunión de la princesa Leonor el pasado mes de mayo, dado tal vez lo delicado de su salud, una cita a la que sí acudió la abuela paterna de la Reina, Menchu del Valle.
A sus 98 años, toda una vida, Francisco ha dejado tras de sí un recuerdo imborrable, no sólo para su familia sino para aquellos que le conocieron y se cruzaron en su camino. El recuerdo de un hombre sencillo, humilde y cercano.