Una felicitación y una ovación a los Reyes en el día de su aniversario
Once años de amor, un primer aniversario de bodas como soberanos y una evidencia en cada mirada, en cada palabra susurrada, en cada caricia, en cada mano entrelazada: su sólido matrimonio. Los Reyes han vuelto a dar testimonio de algunas de esas demostraciones especialmente hoy, día de su undécimo aniversario, en la solemne Jura de Bandera de los 39 nuevos Guardias Reales, que a partir de ahora pasarán a prestar sus servicios en la Casa de Su Majestad el Rey. Un acto castrense celebrado con todo el ceremonial en El Pardo en el que se ha hecho referencia a la señalada ocasión para don Felipe y doña Letizia con una felicitación a instancias del coronel jefe de la Guardia Real, Ramón Álvarez de Toledo.
Don Felipe y doña Letizia han acudido por primera vez como Reyes al cuartel donde tiene su sede la Guardia Real para una jura de bandera, algo que ha agradecido especialmente el coronel Álvarez de Toledo en una alocución en la que les ha felicitado públicamente por su aniversario de boda. Los centenares de familiares que seguían la ceremonia han prorrumpido entonces en aplausos, mientras los Reyes se sonreían e intercambiaban algún comentario, sentados en el puesto destacado reservado para ellos en la tribuna.
Con uniforme de capitán general del Ejército de Tierra, y tocado con la boina azul de la Guardia Real, don Felipe ha sido recibido a su llegada al acuartelamiento con los honores reglamentarios correspondientes al jefe del Estado, como las 21 salvas de ordenanza mientras la unidad de música interpretaba el himno nacional. Antes de ocupar junto a la Reina su puesto en la tribuna, el Rey ha pasado revista a la fuerza desplegada en la explanada del recinto, conformada por un escuadrón de gastadores, la unidad de música, alabarderos, una sección de guías de perros, un grupo de honores, un escuadrón de escolta real y efectivos de la batería real, además de los nuevos guardias reales que iban a jurar.
En total han participado en la solemne ceremonia unos 600 miembros de la Guardia Real, la mayoría con el uniforme de gala que reproduce los que utilizaba el Ejército en tiempos de Alfonso XII, así como los alabarderos con el suyo, que data de 1875, y también los coraceros y lanceros, que montan caballos de pura raza española. Tras cumplir los 39 nuevos guardias reales con el juramento o promesa, ha tenido lugar un desfile bajo la bandera y seguidamente han jurado los 324 civiles, entre ellos personas de avanzada edad, en sillas de ruedas o con muletas.
El homenaje a los que dieron su vida por España, la interpretación del himno de la Guardia Real y un vistoso desfile han cerrado el solemne acto. Han participado unidades a pie, a caballo y motorizadas, a las que se han adherido los vehículos históricos conservados por la Guardia Real, entre los que figuran los Rolls Royce y Cadillacs que se utilizan para los desplazamientos de jefes de Estado extranjeros que visitan España. Al finalizar, los Reyes han bajado a la pista y se han marchado caminando del brazo para celebrar en la intimidad su día.
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Han pasado ya once años de aquel lluvioso 22 de mayo en el que los reyes Felipe y Letizia se prometieran amor eterno en la catedral de La Almudena. Una década en la que han cumplido su sueño de formar una preciosa familia junto a sus dos hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, y en la que han comenzado la nueva misión de llevar las riendas del reino. Una década en la que siempre se han mostrado cómplices, enamorados y entregados a desempeñar la mejor labor en equipo por y para España.
Cuando los entonces Príncipes de Asturias estaban a punto de abandonar la vida que conocían para convertirse en Reyes de España, en aquellos decisivos días ya demostraban que caminaban de la mano por la senda que les llevaría hacia el Trono. El mismo día de la Proclamación de Felipe VI volvió a quedar más que patente la fuerza de su amor, que trascendía en los constantes gestos de cariño y, por encima de todos, en su primer beso como Reyes en el balcón del Palacio Real. Desde entonces los Reyes parecen más felices, más relajados y más motivados que nunca para lograr que triunfe su reinado ideal, una Monarquía renovada en los tiempos nuevos. El próximo reto ya figura en la agenda oficial de la semana que viene: el primer viaje de cooperación a Honduras y El Salvador de la Reina.