Don Felipe en su primer mensaje de Navidad como Rey: 'Debemos cortar de raíz la corrupción'
Felipe VI ha comparecido junto a fotos de su familia y un retrato de doña Letizia
En el primer mensaje de Navidad de su reinado, don Felipe ha subrayado que España requiere una "profunda regeneración" de su vida colectiva, y los españoles necesitan estar seguros de que "no existen tratos de favor por ocupar una responsabilidad pública", antes de proclamar: "Debemos cortar de raíz y sin contemplaciones la corrupción".
Días después de que el juez instructor del caso Nóos haya decidido que la infanta Cristina sea juzgada como presunta cooperadora en dos delitos fiscales, don Felipe ha destacado que el hecho de que los responsables de "conductas irregulares" estén "respondiendo de ellas" es una prueba del funcionamiento del Estado de Derecho.
"Como es verdad también que la gran mayoría de servidores públicos desempeñan sus tareas con honradez y voluntad de servir a los intereses generales", ha añadido, antes de advertir: "Pero es necesario -también y sobre todo- evitar que esas conductas echen raíces en nuestra sociedad y se puedan reproducir en el futuro".
Los ciudadanos necesitan estar seguros de que "el dinero público se administra para los fines legalmente previstos" y de que "desempeñar un cargo público no sea un medio para aprovecharse o enriquecerse; que no se empañe nuestro prestigio y buena imagen en el mundo", ha insistido el Monarca.
Tras recordar que "pocos temas como este suscitan una opinión tan unánime", ha recalcado: "La honestidad de los servidores públicos es un pilar básico de nuestra convivencia en una España que todos queremos sana, limpia". En otro momento de su mensaje, el Rey ha hecho además un llamamiento a "conseguir que los ciudadanos recuperen su confianza en las instituciones"; unas instituciones, ha resaltado, "con vigor y vitalidad, que puedan sentir como suyas".
Ya en los primeros minutos de su alocución, don Felipe ha señalado: "La importancia de algunos de nuestros problemas políticos genera inquietud y las conductas que se alejan del comportamiento que cabe esperar de un servidor público provocan, con toda razón, indignación y desencanto".
Pero, pese a que estos problemas han dado lugar a "una seria preocupación social", reflexiona el Monarca, los ciudadanos no deben dejarse "vencer por el pesimismo, el malestar social o el desánimo, sino afrontar con firmeza y eficacia las causas de esos problemas, resolverlos y recuperar el sosiego y la serenidad que requiere y merece una sociedad democrática" como la española. En ese punto, el jefe del Estado se ha remitido a sus palabras de octubre en Asturias, cuando afirmó que los españoles necesitaban "referencias morales a las que admirar, principios éticos que reconocer", para proclamar: "Quiero añadir ahora que necesitamos una profunda regeneración de nuestra vida colectiva; y en esa tarea, la lucha contra la corrupción es un objetivo irrenunciable".
Sobre la situación económica de España, don Felipe ha recalcado que "los índices de desempleo son todavía inaceptables" por lo que "la lucha contra el paro debe continuar siendo nuestra gran prioridad". "El sacrificio y el esfuerzo de los ciudadanos durante toda la crisis económica exige que los agentes políticos, económicos y sociales trabajen unidos permanentemente en esta dirección, anteponiendo sólo el interés de la ciudadanía. Porque la economía debe estar siempre al servicio de las personas", ha manifestado. "Por eso, debemos proteger especialmente a las personas más desfavorecidas y vulnerables. Y para ello debemos seguir garantizando nuestro Estado de Bienestar, que ha sido durante estos años de crisis el soporte de nuestra cohesión social, junto a las familias y a las asociaciones y movimientos solidarios. Algo de lo que debemos realmente sentirnos orgullosos", ha dicho.
Don Felipe también ha tenido palabras para la situación que se vive actualmente en Cataluña. "Cada Comunidad, cada pueblo y territorio de España, cada ciudadano, han aportado lo mejor de sí mismos en beneficio de todos. Y sin duda, desde Cataluña, se ha contribuido a la estabilidad política de toda España y a su progreso económico. Es evidente que todos nos necesitamos. Formamos parte de un tronco común del que somos complementarios los unos de los otros pero imprescindibles para el progreso de cada uno en particular y de todos en conjunto. Pero no se trata solo de economía o de intereses sino también y sobre todo, de sentimientos", ha expresado. "Lo que hace de España una nación con una fuerza única, es la suma de nuestras diferencias que debemos comprender y respetar y que siempre nos deben acercar y nunca distanciar", ha añadido.
Tras referirse a la abdicación de su padre, el rey Juan Carlos, don Felipe ha dicho: "A lo largo de estos últimos meses me habéis rodeado de vuestro respeto, afecto y cariño. Sinceramente, me he sentido querido y apreciado y os lo agradezco de corazón. Y tengo que deciros también que he visto ilusión en muchos de vosotros, en vuestras miradas, en vuestras palabras, ante el inicio de una nueva época en nuestra historia".
El Rey no quiso terminar su primer mensaje de Navidad sin enviar a todos los ciudadanos unas palabras de esperanza. "Regenerar nuestra vida política, recuperar la confianza de los ciudadanos en sus instituciones, garantizar nuestro Estado del Bienestar y preservar nuestra unidad desde la pluralidad son nuestros grandes retos. No son tareas sencillas. No son retos fáciles. Pero los vamos a superar, sin duda; estoy convencido de ello".
El Rey se despidió diciendo: "Ahí estaré siempre a vuestro lado como el primer servidor de los españoles. Gracias nuevamente por escucharme esta noche y muchísimas felicidades en nombre de la Reina, de la Princesa de Asturias y de la Infanta Sofía. Feliz Navidad, Eguberri on, Bon Nadal, Boas Festas".
Escenario del mensaje de Navidad
Una fotografía en la que aparece junto a la Reina, otra con su esposa e hijas y una tercera imagen del día de la abdicación junto a sus padres acompañaron a Felipe VI en su primera comparecencia televisiva navideña, en la que se podía ver también un retrato de doña Letizia que la muestra cuando era niña.
Una sala del Palacio de la Zarzuela con grandes ventanales sobre los jardines de la entrada ha sustituido este año al salón de audiencias como escenario del primer mensaje de Navidad del nuevo reinado, para el que don Felipe se ha dirigido a los españoles con traje gris y corbata en tonos azules, sentado en una silla con las piernas cruzadas ante una mesa baja sin papeles.
Sólo una tradicional decoración navideña ocupaba esa mesa y, a su derecha, le acompañaban dos fotografías; en la más cercana, doña Letizia aparece junto a él, con la cabeza apoyada en su hombro, a bordo del avión de la Fuerza Aérea Española en el que regresaban a España tras una de sus visitas oficiales a Iberoamérica como Príncipes de Asturias.
La segunda foto mostraba al matrimonio con sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, el día de principios de agosto que posaron ante el Palacio de Marivent en su primera aparición pública como Reyes en Mallorca.A la izquierda del Monarca, en la pared, otra imagen de doña Letizia, pero esta vez en un pequeño cuadro que conservan en su residencia, pintado en 1984 a partir de una foto tomada alrededor de dos años antes, en el que se ve el rostro de perfil de la ahora Reina cuando contaba con unos diez años de edad.
La sala estaba decorada en tonos cálidos, con un ambiente de hogar familiar que inspiraba más cercanía, y destacaba en ella, junto a la silla del Rey y sobre la misma alfombra, un sofá rojo carmesí, el color del estandarte del escudo de armas de Felipe VI, que parece invitar al espectador a sentarse a conversar con el Monarca.
Junto al brazo del sofá más alejado de su silla, a la izquierda de la escena, una mesita servía de soporte a un sencillo belén -figuritas de la Virgen con el Niño Jesús en su regazo y de San José, flanqueados por la mula y el buey- y a una fotografía con gran valor simbólico: don Juan Carlos abraza a su hijo durante la ceremonia de abdicación, ante la mirada sonriente de doña Sofía.
Muy cerca de esta imagen, una bandera de España -a la que este año no acompaña otra de la UE- completaba el escenario para el mensaje de Navidad, un espacio cuyo simbolismo se acentuaba con un fondo transparente, abierto al exterior, el de los amplios ventanales, con visillos descorridos, que dejan ver las luces de un árbol de Navidad y el jardín por el que los visitantes acceden al palacio.
Encabezaron la emisión televisiva imágenes encadenadas de la bandera de España, una recreación virtual de la Zarzuela y el estandarte de Felipe VI, que volvieron a aparecer al final, en orden inverso, después de tres fotografías de los Reyes con sus hijas, correspondientes al verano de 2012, al pasado agosto en Mallorca y al desfile del último Día de la Fiesta Nacional.