La Familia Real no aceptará regalos excesivos o que puedan comprometer su dignidad
El nuevo régimen distingue entre obsequios institucionales, que siempre pasarán a Patrimonio Nacional, y los de carácter personal, que podrán aceptarse "cuando no superen los usos sociales o de cortesía"
Zarzuela ha presentado un nuevo régimen de regalos a los miembros de la Familia Real. La primera Familia no podrá aceptar obsequios que, por su "alto valor económico, finalidad o interés comercial o publicitario", puedan "comprometer la dignidad" de sus funciones institucionales, ni "favores o servicios en condiciones ventajosas" ni tampoco préstamos sin interés o dinero.
La nueva normativa, que acaba de aprobar la Casa del Rey siguiendo órdenes de Felipe VI, entrará en vigor en enero y también obliga a los integrantes de la Familia Real bien a devolver el dinero que les sea entregado como obsequio o a donarlo, de forma anónima, a una entidad sin ánimo de lucro que persiga fines de interés general.
Este novedoso régimen, que por vez primera regula un ámbito para el que la Casa Real carecía de normas de actuación, distingue entre regalos institucionales, que siempre pasarán a Patrimonio Nacional, y los de carácter personal, que podrán aceptarse "cuando no superen los usos sociales o de cortesía". En caso de excederlos, irán a Patrimonio o a entidades sin ánimo de lucro.
Otra importante novedad, según ha anunciado hoy la Casa del Rey, es que la institución publicará anualmente en su página web la relación de obsequios institucionales entregados el año anterior, con descripción de todos los obsequios reseñados, identificación del donante y de la entidad a la que se hayan destinado.
Este régimen afectara exclusivamente a los miembros de la Familia Real. Los familiares del Rey, como las infantas Elena y Cristina, no estarán obligados a su cumplimiento. Aunque la norma será aplicable para aquellos miembros de la Familia a los que el Rey encomiende alguna actividad institucional durante du desempeño.
Zarzuela también ha dado a conocer el código de conducta del personal de la Casa del Rey. Veinte principios comunes para todos los que trabajen en Palacio que exigen un comportamiento ejemplar que contribuya a salvaguardar la confianza en la Jefatura del Estado.