Todas las cenas de Estado son importantes dada su trascendencia política, pero la celebrada este miércoles tiene un significado único y quedará grabada en la memoria de los soberanos por ser la primera del reinado. Felipe VI y doña Letizia han ejercido por primera vez desde que fueron proclamados Reyes de España de anfitriones de un mandatario extranjero en una cena de gala en la que, como vienen haciendo desde el relevo en el trono, han introducido también algunos cambios, como la presencia de la música, que son reflejo de su monarquía renovada. La cita requería una puesta en escena acorde a su relevancia intrínseca e histórica, motivo por el que el Salón del Trono del Palacio Real de Madrid se engalanó en honor de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, que fue recibida por la mañana con una protocolaria bienvenida y un almuerzo en el Palacio de la Zarzuela.
En lo que está siendo la primera visita de Estado del reinado de Felipe VI, los soberanos han mostrado la misma confianza y unión que durante su llegada al trono y han compartido numerosas miradas de complicidad. Hospitalarios y sonrientes, los Reyes han presidido una cena de gran calado por los vínculos existentes entre los dos países y porque también para Bachelet suponía un estreno, pues es la primera vez que acude a un acto de esta importancia desde que fue reelegida en el cargo.
Para doña Letizia esta ha sido una semana crucial. Si el lunes debutó en solitario como soberana en el extranjero, durante su viaje oficial a Austria, en esta cena de gala ha sido el momento en que se ha coronado, por vez primera, como Reina luciendo los símbolos característicos y tradicionales de su condición real: vestido largo y tiara. Doña Letizia estaba deslumbrante con un vestido firmado por Carolina Herrera, de encaje negro, ceñido al cuerpo y con una original falda de la misma tela que terminaba con una leve cola.
Lejos de estrenar diadema, la Reina apostó por aderezarse con una de sus piezas favoritas, la Tiara Floral de Diamantes, que el Gobierno español regaló a la reina Sofía con motivo de sus nupcias en 1962. Además lució el broche Flor de Lis, el emblema heráldico de la dinastía Borbón y que pertenece a la parte central de la tiara Princesa que todavía no ha estrenado, y unas sencillas dormilonas.
- Doña Letizia pinta de estreno su debut como Reina en el extranjero
Tras el saludo en el salón del trono, la ceremonia se trasladó al Salón de Columnas, donde la joven soprano cordobesa Auxiliadora Toledano -Premio Príncipe de Girona de Artes y Letras, el pasado año- ofreció un pequeño concierto. Una novedad introducida por los Reyes que quieren así reforzar la presencia de la cultura en este tipo de eventos.
Las damas hicieron gala del color alejando el negro de los salones de palacio: rojo, azules noche, verdes y morados. Todas a la altura de una noche histórica en un entorno soberbio. Una nueva puesta de largo en la que, dispuestas a dar la mejor imagen de España, volvieron a vestir acuerdos con sofisticación. Se respetó el ceremonial y las normas de etiqueta en un desfile de elegancia en el que destacó Ana Patricia Botín -con un espectacular vestido de encaje con manga de gasa y adornos en dorado, a juego con los complementos- y que también debutaba en una cena de gala desde que fue nombrada Presidenta del Banco Santander, tras el fallecimiento de su padre, Emilio Botín.
Entre los 120 invitados se han dado cita representantes del mundo de la política como el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cinco ministros españoles, cinco ministros chilenos, Carme Chacón, Trinidad Jimenez, Ana Botella o Cristina Cifuentes. También han estado presentes algunos habituales como Pablo Isla, José Manuel Entrecanales, y los presidentes de grandes compañías como Sacyr, Ferrovial, Abertis, Gas Natural o Indra.
Los Reyes también quisieron que estuvieran presentes representantes de instituciones culturales, artísticas y y del mundo del deporte, así que hasta el Palacio Real han acudido miembros de las Academias, el Cervantes, la Biblioteca Nacional, la baloncestista Amaya Valdemoro, el arquitecto Jaime Gaztelu y la actriz María Bouzas, que es conocida en Chile, gracias a la emisión de la serie El secreto de Puente Viejo, que Atresmedia vendió a una televisión de este país.
El Rey, que lucía el Toisón de Oro, comenzó su discurso dando la bienvenida a Michelle Bachelet en nombre de la Reina, en el de todos los españoles y en el suyo propio. “Vuestra presencia ante nosotros despierta en mí recuerdos muy queridos”, dijo el monarca que continúo recordando sus viajes a Chile cuando era Príncipe de Asturias y añadiendo que había estado presente en las dos investiduras de Bachelet. Felipe VI advirtió: "Chile es un socio estratégico para España, y España es actualmente el primer inversor europeo en vuestro país. Esta confianza del inversor español existe porque Chile ofrece una positiva combinación de apertura económica y solidez institucional".
Tras el concierto ofrecido en honor a la Presidenta de Chile, los Reyes y sus invitados pasaron al comedor de gala donde se celebró la cena. Una estancia, inaugurada en 1879 para la boda de Alfonso XII con María Cristina de Habsburgo, en la que se sirvió un menú compuesto de sopa de pescado al hinojo, filete de lenguado con salsa de soja, salicornia y patatas al vapor, frutas naturales en gelatina con almíbar, acompañado de vino blanco, tinto y cava.
La última cena de gala que se ofreció en el Palacio Real de Madrid fue presidida por el rey Juan Carlos y la reina Sofía, y se celebró con motivo de la visita del presidente de México, Enrique Peña Nieto, y su esposa, Angélica Rivera. Fue un acto cargado de simbolismo, en que estuvieron acompañados en todo momento de los entonces Príncipes de Asturias, don Felipe y doña Letizia. Para esa ocasión la ahora Reina optó por esta misma tiara floral, compuesta por cinco flores con su tallo y sus hojas a distinto tamaño.
Continúa de este modo una agenda que, desde que fueron proclamados Reyes, está evidentemente más apretada. Tan sólo diez días después de su proclamación, don Felipe y doña Letizia abrieron su agenda oficial internacional con una visita a la Santa Sede, donde fueron recibidos por el papa Francisco. Desde entonces han pasado más de cuatro meses en los que los soberanos se han mostrado comprometidos, firmes y volcados en su labor, tanto en España como en el extranjero.
Los soberanos han puesto así el broche de oro a la primera jornada de esta primera visita de estado del reinado. Después de estrenarse como Reyes en una cena de gala, mañana continuarán con el trabajo diario en el que tienen prevista una recepción en el Palacio Real de El Pardo que ofrecerá la presidenta Bachelet en honor de los soberanos españoles.