Don Felipe y doña Letizia han vuelto a escuchar el sonido de las gaitas a su llegada al teatro Campoamor de Oviedo. Un año más, una edición más… pero esta es sin duda especial. En unos meses, que han estado llenos de primeras veces para los Reyes, esta es la primera ocasión en la que entregarán los premios Príncipe de Asturias no como príncipes sino como Monarcas. A partir de ahora es la princesa Leonor la que ostentará la Presidencia de Honor de la fundación Príncipe de Asturias, -a partir del próximo lunes 27 de octubre ya se llamará Princesa de Asturias igual que los premios-, aunque todavía no se sabe cuándo vendrá ella a esta velada (su padre asistió por primera vez con trece años). Por el momento, hasta que se considere que tiene la edad apropiada, sus padres la representarán en esta cita. Este año además y como es habitual la reina Sofía se ha unido a ellos.
Los tres han entrado en el teatro Campoamor en medio de la gran expectación que siempre rodea esta ocasión. Decenas de personas se han agolpado a las puertas del auditorio para saludar a los Reyes que se reencontraron con el cariño de una tierra que tanto significado tiene para ellos. Hoy además don Felipe pronunciará su primer discurso en Asturias desde que fuera proclamado Rey. De hecho con su atuendo, ambos homenajearon esta tierra llevando el color azul, presente en la bandera de la Comunidad. Doña Letizia, en su vestido y el Rey, en su corbata.
La reina Sofía, que apostó por el gris en su conjunto de falda y chaqueta bordada, ha sido recibida con una ovación prolongada por parte del público que se ha puesto en pie, lo mismo que ha ocurrido en el momento en que entraban los Reyes. Se ha visto cómo el rey Felipe le ha hecho un gesto cómplice a su madre antes de llegar a la mesa presidencial.
Una ocasión que hace más emotivo este día, en el que no ha faltado la madre de doña Letizia (acude cada edición), Paloma Rocasolano, y otros rostros conocidos como la soprano Ainhoa Arteta y su marido Jesus Garmendia, Francisco Álvarez Cascos junto a su mujer María Porto, el Duque de Huéscar, Carlos Martínez de Irujo, la presentadora Mariló Montero y el expolítico Josep Piqué acompañado de su mujer, la periodista Gloria Lomana.
Dentro del teatro les esperaban los premiados, como en cada edición símbolo de la excelencia en diferentes campos. El arquitecto Frank O. Gehry (Artes), el historiador francés de origen español Joseph Pérez (Ciencias Sociales), el dibujante Joaquín Salvador Lavado Tejón, Quino (Comunicación y Humanidades); los químicos Avelino Corma, Mark E. Davis y Galen D. Stucky (Investigación Científica y Técnica), el escritor irlandés John Banville (Letras), las becas Fulbright (Cooperación Internacional), el Maratón de Nueva York (Deportes) y la periodista y defensora de los derechos humanos Caddy Adzuba (Concordia) recibireron de manos de los Reyes de España este reconocimiento que añade así importantes nombres a su lista.
Primer día de los Reyes en Oviedo: concierto en el auditorio y cena en el casco viejo de la ciudad
Los guiños a la princesa Leonor y los aplausos a la reina Sofía
El 'look azul Asturias' de la reina Letizia
El presidente de la Fundación Príncipe de Asturias, Matías Rodríguez Inciarte, inició la ronda de discursos pronunciando unas palabras en las que habló del cambio que afronta la fundación y los premios, que adoptarán el nombre de la Princesa de Asturias. “Nos felicitamos por este cambio tan natural y queremos tener un recuerdo de afectuoso respeto para Su Alteza la princesa Leonor” palabras ante las que don Felipe y doña Letizia sonrieron. Recordó después la labor de los reyes Sofía y don Juan Carlos, en apoyo a estos galardones, lo que fue recibido de nuevo con aplausos por parte del público.
Tras la entrega de los premios llegó el turno del discurso más esperado. El Rey habló del nacimiento de la fundación y de su vinculación con ella a lo largo de estos años, emocionadas y sentidas palabras llenas de nostalgia en las que hizo un repaso de estos años en los que los premios llevaron su nombre. “Un año después —también de particular recuerdo—, siendo un niño, entregué en este mismo teatro los primeros premios y pronuncié mi primer discurso en público. Y así, apoyados en la fuerza de los sueños y las ilusiones, convencidos de que no hay nada que el coraje y el corazón no puedan conseguir plenamente, hemos caminado año tras año”.
“Aquí escuché, escuchamos, lecciones magistrales, reflexiones lúcidas que alientan el ánimo de saber para comprender; poetas que han cantado a la libertad, a la vida. Hemos sido testigos aquí de palabras valerosas, sinceras y comprometidas. En cada edición, escuché —escuchamos todos—, siempre en medio de una profunda emoción, enseñanzas e ideas que han marcado y enriquecido mi vida; y seguro que la de muchos” continuó. “Hemos hecho desde entonces una larga y fecunda navegación. Han pasado 34 años durante los cuales ha habido pocas horas de sosiego. Pero, pese a todo, hemos procurado no caer en la tentación de ir hacia lo fácil, de ceder a la banalidad, la impaciencia o el desánimo”.
Y comentó entonces la emoción que le embargaba en esos momentos. “Se comprenderá, por todo ello, con cuánta emoción he regresado —ahora como Rey— para hacer entrega de los Premios y presidir esta ceremonia". En ese momento se escuchó una gran ovación y un "¡Viva el Rey!" antes de que don Felipe pudiera continuar. "Se comprenderá cuánta gratitud guarda mi corazón, cuántos recuerdos y sentimientos inolvidables hay hoy muy dentro de mí. Se comprenderá también con cuánto cuidado y dedicación la Reina y yo educamos a nuestras hijas, Leonor, Princesa de Asturias y la Infanta Sofía, para que también crezca en ellas un compromiso como el nuestro por esta noble causa y todo lo que representa”. Tras agradecer después la labor de los que han trabajado en esta fundación, el cariño de los asturianos y recordar además a la reina Sofía, “cuyo apoyo no nos ha faltado nunca estos años”, tuvo palabras de reconocimiento para cada uno de los premiados.
El broche de oro lo puso el himno de Asturias, que sonó en las gaitas, emocionando una vez más a los Reyes, a los que se vio hablando al final de la ceremonia mientras salían los premiados. La anécdota se produjo al final de la velada, cuando don Felipe convocó la próxima edición y, en un lapsus, dijo premios Príncipe en lugar de Princesa de Asturias. Entre risas rectificó y dijo: "La falta de costumbre", recibiendo una cariñosa caricia y un beso de la Reina.