A la conmemoración del centenario de la Gran Guerra han sido invitados los países que se enfrentaron en ambos bandos, así como los 28 Estados miembros de la Unión Europea (UE) y otros países neutrales en el conflicto. España, que permaneció neutral, ha recibido el reconocimiento de Bélgica por la ayuda humanitaria que envió en aquellos años para ayudar a combatir el hambre en la población belga, que sufrió durante cuatro años la ocupación alemana.
Han estado presentes los Presidentes de Alemania, Joachim Gauck, y Francia, Francois Hollande, principales países beligerantes, junto a los Duques de Cambridge, en representación de Reino Unido, el país que intervino para salvar a Bélgica, así como el Presidente de Austria, Heinz Fischer, y el de Serbia, Tomislav Nikolić, en recuerdo del asesinato de Sarajevo, que fue la causa desencadenante de la gran confrontación europea. Rusia, otro de los países beligerantes y aliado de la Triple Entente hace un siglo, ha estado representado por su embajador en las ceremonias, y Estados Unidos ha enviado al secretario del Ejército, John Mc Hugh.
Esta es la primera reunión real en la que participa el actual Rey de España desde su proclamación el 19 de junio, además de su primer viaje a Bélgica como monarca y su primer encuentro con el actual rey Felipe de los belgas, que ha sido el encargado de recibirle junto a su esposa, la reina Matilde, a la que don Felipe, muy cortés, besó la mano.
Los Reyes anfitriones han llegado a primera hora de la mañana a Lieja para presidir todos los actos de la jornada en el que se conmemora el comienzo de la Primera Guerra Mundial. Sobre las 9, los soberanos belgas han sido recibidos por el gobernador de la provincia, Michel Foret; el Alcalde de Lieja, Willy Demeyer, y por los vicepresidentes del Gobierno, Didier Reynders y Pieter de Crem. A su vez, los soberanos belgas han sido los encargados de dar la bienvenida a los mandatarios internacionales y, entre ellos, al recién proclamado Felipe VI.
Uno de los momentos claves del día ha sido la ceremonia en el monumento de homenaje a los aliados en Cointe, una pequeña villa que ofreció valerosa resistencia a los ocupantes alemanes en agosto de 1914. El acto comenzó con música, interpretada por la orquesta de la marina belga bajo la dirección de Matty Cilissen. Entre las piezas que se escucharon están La marcha del primer regimiento, The great of little army y un clásico de aquella época La Madelon.
El príncipe Guillermo, que llevaba las medallas de Jubileo de oro y plata que le dio a la Reina, pronunció un discurso durante el acto ante los cerca de 50 Jefes de Estado y demás representantes: "Es impensable la guerra entre nosotros, porque antiguos adversarios han trabajado juntos desde hace tres generaciones para extender y consolidar la democracia, la prosperidad y el imperio de la ley en toda Europa y para promover nuestros valores compartidos por todo el mundo. Fuimos enemigos más de una vez en el siglo pasado, pero hoy somos amigos y aliados. Saludamos a quienes murieron para darnos nuestra libertad. Los recordaremos".
Las damas reales pusieron la nota elegante a los actos conmemorativos. Si Matilde de los belgas, anfitriona de este encuentro, ejerció de Reina con un nuevo look con impronta de Máxima de Holanda, un vestido azul grisáceo con drapeado en la cintura muy parecido al que llevó la soberana holandesa en su visita a España, la Duquesa de Cambridge no se quedó atrás y apareció impresionante de Alexander McQueen con un vestido de color crema con cuello bebé, con cortes bajo el pecho y en la cintura, para marcar figura, y con falda con pinzas para dar vuelo. La duquesa Catherine coronó su conjunto con un sombrero a tono con adorno rosa de Jane Taylor, bolso clutch, zapatos de su firma favorita LK Bennett y pendientes de perlas. Toda una reina en ciernes.
Por la tarde, los reyes Felipe y Matilde de los belgas acompañaron al presidente Gauck en su visita a Lovaina. Más tarde los representantes de Francia, Reino Unido, Alemania y Bélgica estuvieron presentes en Mons para asistir a un acto organizado por el gobierno británico. Alrededor de las seis y media de la tarde, los duques Guillermo y Kate saludaron desde el balcón del Ayuntamiento en compañía del príncipe Harry. A su regreso de este viaje, el rey Felipe y su familia pasarán unos días en Palma.