Los nuevos reyes Felipe y Letizia saludarán uno a uno a 2.000 invitados en el Palacio Real
Aunque la lista de invitados aún no está cerrada, fuentes oficiales han señalado que la idea es que esté representada 'una muestra amplia de toda la sociedad española', por lo que además de políticos y autoridades también acudirán miembros de la sociedad civil, del mundo empresarial, la cultura y el deporte
Los nuevos monarcas saludarán uno por uno a los 2.000 invitados que asistirán el jueves, 19 de junio, a la recepción que ofrecerán en el Palacio Real, a donde llegarán tras un recorrido de unos 45 minutos por las calles de Madrid desde el Congreso, donde será proclamado Felipe VI. Recorrerán la ciudad en uno de los dos Rolls Royce de Patrimonio Nacional acompañados de sus dos hijas, la ya princesa de Asturias y la infanta Sofía.
Nada más llegar al palacio, los cuatro saludarán desde el balcón principal junto a los Reyes Juan Carlos y Sofía. Tras esta salida a los ciudadanos que acudan a la Plaza de Oriente, en el interior del palacio comenzarán los saludos en el Salón del Trono a los dos millares de invitados, uno a uno, por parte de Felipe VI y de la reina Letizia, lo cual prolongará la recepción durante al menos dos horas y media.
Si en la celebración de la Fiesta Nacional, cada 12 de octubre, se reúne en este mismo lugar un millar de invitados a lo sumo, en este caso la presentación de los nuevos Reyes a los representantes de la sociedad española tendrá una "lista muy amplia", según las mismas fuentes. De hecho, la falta de tiempo hace que la Casa del Rey esté enviando las invitaciones personales por correo electrónico.
Aunque la lista de invitados a este acto aún no está cerrada, fuentes oficiales han señalado que la idea es que esté representada "una muestra amplia de toda la sociedad española", por lo que además de políticos y autoridades también acudirán miembros de la sociedad civil, del mundo empresarial, la cultura, el deporte...
No habrá brindis ni discursos, entre otros motivos porque el aluvión de asistentes hará prácticamente imposible que pudieran escucharse las palabras del orador, puesto que tendrán que repartirse por varios salones del Palacio de Oriente.