Al igual que la reina doña Sofía, la princesa Letizia y la infanta Elena quisieron transmitir en persona sus condolencias a Jaime de Marichalar por el fallecimiento de su madre y se desplazaron el pasado viernes hasta el domicilio familiar, donde se instaló el velatorio de la condesa viuda de Ripalda antes de que sus restos mortales fueran llevados a Soria, donde el fin de semana ha sido enterrada en el panteón familiar junto a su marido, Amalio de Marichalar.
Doña Letizia acudió sola a casa de los Marichalar, pues el Príncipe de Asturias se encontraba el viernes en Barcelona participando en la sesión de clausura del 'Microsoft in Education Global Forum'. Tras dar el pésame a Jaime de Marichalar, la princesa abandonó el domicilio con quien fuera su cuñado, que la acompañó muy atento hasta la salida.
La Duquesa de Lugo acudió acompañada de su hijo, Felipe de Marichalar, visiblemente afectado por la pérdida de su abuela paterna, a quien estaba muy unido. Pese a su separación, la hija mayor de los Reyes ha estado en todo momento muy pendiente de la familia del padre de sus hijos. Ya el pasado martes, doña Elena acudió al hospital tras conocerse el delicado estado de salud de quien fuera su suegra, y el jueves, una vez confirmado su fallecimiento, volvió al centro para mostrar todo su apoyo al que fuera su marido.
Muchos familiares y amigos de doña Concepción Sáenz de Tejada se acercaron hasta la casa de los Marichalar: Naty Abascal, buena amiga de Jaime de Marichalar, así como Marisa de Borbón y Nuria González, esposa de Fernando Fernández Tapias, la empresaria Alicia Koplowitz, o Cristina de Borbón-Dos Sicilias y su marido, Pedro López de Quesada. Don Jaime salió a la puerta de entrada para dar la bienvenida a algunos de los amigos de la familia.
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